El jefe de Gabinete, Guillermo Francos, había adelantado durante un evento de la Unión Industrial Argentina en Córdoba que se firmaría un Memorando de Entendimiento (MOU) con una importante petrolera, lo que podría generar ingresos de hasta 140.000 millones de dólares en un plazo de dos décadas. Si bien el gobierno no confirmó oficialmente la identidad de la empresa, fuentes cercanas al Ejecutivo señalaron a Shell como la principal candidata para la negociación.
Este acuerdo permitiría a la petrolera adquirir hasta un tercio de las exportaciones de gas de Argentina, lo que representaría un ingreso de 7.000 millones de dólares anuales durante 20 años. La posible asociación con Shell resulta clave en un contexto en el que Argentina busca consolidar su presencia en el mercado energético global y aumentar sus exportaciones de GNL, un recurso estratégico para la economía del país.
De concretarse el acuerdo entre Shell e YPF, la planta de GNL en Punta Colorada podría reactivar un proyecto clave para la economía energética del país, que sufrió un revés con la salida de Petronas. Este proyecto permitiría aprovechar el gas de Vaca Muerta, una de las formaciones no convencionales más grandes del mundo, y posicionar a Argentina como un exportador estratégico de gas natural en el escenario internacional. La planta de GNL es fundamental para agregar valor a la producción y permitir la exportación a mercados más lejanos, dada la posibilidad de transportar el gas en estado líquido.
El interés de Shell no sorprende, ya que junto a Chevron, es una de las multinacionales con mayor actividad en Vaca Muerta, donde se concentra gran parte de la producción de hidrocarburos del país. Esta posible alianza representa una oportunidad para que la compañía angloholandesa amplíe su presencia en el sector energético argentino, a la vez que refuerza el papel de YPF como socio estratégico en la industrialización y exportación de gas. La planta de GNL es vista como un eslabón clave para asegurar contratos a largo plazo con mercados como Europa y Asia, donde la demanda de gas natural es alta.
Sin embargo, este proyecto no está exento de desafíos. El desarrollo de infraestructura y la financiación de la planta en Punta Colorada requerirán inversiones millonarias y la capacidad de garantizar volúmenes estables de producción para la exportación. Además, la competencia por convertirse en el principal puerto de exportación de GNL sigue latente entre Río Negro y Bahía Blanca, donde Tecpetrol avanza con su propio proyecto de GNL en la costa atlántica. Este contexto genera tensiones entre ambas regiones, que buscan capitalizar los beneficios de la exportación de gas.
Por otro lado, la posible alianza entre Shell e YPF también genera expectativas en cuanto al impacto que podría tener en la economía regional de Río Negro. La planta de GNL no solo representaría un hito en términos de infraestructura energética, sino que también generaría empleo y dinamizaría las economías locales. Para Argentina, consolidar este tipo de proyectos es clave en su estrategia de desarrollo económico, en un momento en que el país necesita incrementar sus ingresos por exportaciones y atraer inversiones extranjeras en un sector vital como el energético.
Shell e YPF exploran alianza para exportar gas de Vaca Muerta desde Río Negro
La petrolera angloholandesa Shell podría convertirse en la socia de YPF para la planta de gas natural licuado (GNL) en Punta Colorada, Río Negro, luego de la salida de Petronas del proyecto. Aunque Shell indicó que están "explorando oportunidades" para optimizar su portafolio, la empresa se abstuvo de comentar sobre acuerdos comerciales potenciales, siguiendo su política interna de no emitir declaraciones sobre negociaciones en curso.