El entendimiento posiciona a Neuquén como un proveedor estable en el mercado regional y fortalece la integración energética con Chile, que vuelve a cobrar impulso con una visión de largo plazo. Para los productores de Vaca Muerta, el acuerdo implica previsibilidad comercial y la posibilidad de sostener un horizonte de inversiones crecientes.
El gobernador Rolando Figueroa viene destacando que “Vaca Muerta nos da una oportunidad única que no podemos dejar pasar”, en el marco de una estrategia que incluyó misiones comerciales y rondas de negocios en Estados Unidos, Brasil, Uruguay y Chile para consolidar inversiones y potenciar los recursos neuquinos.
El volumen económico del acuerdo es de tal magnitud que incluso supera el intercambio comercial anual entre Argentina y Chile, estimado en alrededor de 8 mil millones de dólares. Se trata, además, de un contrato con impacto estructural en la logística y en la planificación energética de ambos países.
Desde Chile, autoridades de ENAP subrayaron que el suministro regular desde Neuquén brindará seguridad operativa, estabilidad de precios y una reducción significativa de la dependencia del transporte marítimo, una variable vulnerable a la volatilidad global. También destacaron la mejora en competitividad y la previsibilidad que aporta el acuerdo para la matriz energética chilena.
Los contratos cubrirán aproximadamente el 35% de la demanda anual de crudo de ENAP y se sostendrán operativamente mediante el Oleoducto Trasandino (OTASA), un sistema de más de 400 kilómetros que conecta Neuquén con la Región del Biobío. Tras 17 años de inactividad, el ducto volvió a operar luego de una rehabilitación integral.
OTASA se consolida así como un corredor estratégico para las exportaciones de Vaca Muerta, al integrar eficiencia logística, costos reducidos y un flujo estable de crudo hacia la refinería de ENAP en Chile. Su reactivación no solo habilita un nuevo canal comercial, sino que devuelve al oleoducto un rol protagónico en la infraestructura energética regional.
Otro elemento central del acuerdo es la apertura de la puerta del Pacífico para el crudo neuquino. A través del Terminal Marítimo de San Vicente, en Talcahuano, Vaca Muerta podrá acceder a mercados asiáticos con costos logísticos más competitivos, potenciando la estrategia de diversificación exportadora argentina.
La operación confirma además el atractivo de Vaca Muerta como activo energético de escala mundial y la capacidad de Argentina para construir acuerdos estables en materia de hidrocarburos. Para Chile, significa un suministro seguro y de proximidad, que reduce riesgos internacionales y refuerza su autonomía energética.
El convenio también refleja el buen momento diplomático y comercial entre ambos países, con una agenda centrada en infraestructura, energía y cooperación estratégica. La continuidad del abastecimiento hasta 2033 permite planificar inversiones conjuntas y evaluar nuevas expansiones en el corredor trasandino.
Para Neuquén, el acuerdo implica un salto estructural en su posicionamiento regional, al consolidar un rol activo en el mercado internacional del crudo y fortalecer su red de infraestructura exportadora. La provincia se encamina a sostener un crecimiento basado en previsibilidad, diversificación logística y capacidad de producción creciente.
El impacto económico se verá tanto en la cadena hidrocarburífera neuquina como en la macroeconomía argentina, dado el aporte de divisas y la consolidación de nuevos mercados estables. Se trata de un caso concreto donde Vaca Muerta profundiza su perfil exportador con acuerdos de largo plazo.
Con la firma ejecutada y los flujos asegurados, el vínculo energético argentino-chileno ingresa en una nueva etapa. Vaca Muerta, que ya es un motor del desarrollo nacional, suma ahora un capítulo clave en su internacionalización a través del Pacífico.