El proyecto, que ya ingresó al Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI), marca un hito como una de las mayores iniciativas privadas de los últimos 20 años en Argentina. Según Horacio Marín, presidente y CEO de YPF, este oleoducto "permitirá más que duplicar la capacidad de evacuación de petróleo de Vaca Muerta", consolidando a la región como un epicentro de exportaciones.
El consorcio está compuesto por YPF, Vista, Shell, Pluspetrol, Pan American Energy, Pampa Energía y Chevron, quienes conformaron una Sociedad de Propósito Único (SPV) para desarrollar y operar la obra. Con un trazado de 440 kilómetros, el ducto tendrá la capacidad inicial de transportar 520 mil barriles diarios, con la posibilidad de ampliarse a 770 mil barriles en 2028, según la demanda.
La construcción, prevista para enero de 2025, incluye tanques de almacenamiento y estaciones de bombeo en Allen y Chelforó, además de una terminal en Punta Colorada equipada con dos monoboyas capaces de cargar buques VLCC, los más grandes del mundo. El inicio de operaciones se proyecta para el tercer trimestre de 2026. Cada día de retraso implicaría pérdidas de hasta 39 millones de dólares para la industria.
El esquema de financiamiento combina aportes de capital del consorcio y préstamos internacionales. La SPV buscará recuperar la inversión inicial a través de tarifas cobradas por el uso del ducto, respaldadas por la venta de petróleo en mercados externos. Tenaris, una de las empresas adjudicatarias, proveerá los tubos para la obra, mientras se definen los contratistas para las tareas civiles.
El VMOS no solo consolidará la competitividad de Vaca Muerta en el mercado global, sino que también abrirá nuevas oportunidades para exportar crudo a precios más atractivos, especialmente en Asia. Este ambicioso proyecto refuerza el rol estratégico de la Cuenca Neuquina como motor de desarrollo energético y económico para Argentina.
El impacto del oleoducto VMOS será significativo no solo para la industria energética argentina, sino también para las economías regionales, particularmente en Río Negro y Neuquén, donde la producción de petróleo y gas ha transformado el panorama económico. Con la capacidad de transportar grandes volúmenes de crudo, el proyecto contribuirá a la consolidación de Vaca Muerta como uno de los mayores reservorios de hidrocarburos no convencionales del mundo. Además, la nueva terminal portuaria en Punta Colorada permitirá optimizar la logística de exportación, reduciendo los costos de transporte y mejorando la competitividad del petróleo argentino en mercados internacionales.
A medida que el proyecto avance, se espera que VMOS atraiga inversiones adicionales en infraestructura y servicios complementarios, generando empleo y fortaleciendo la capacidad productiva de la región. El hecho de que ya haya comenzado a negociarse con bancos internacionales para asegurar el financiamiento demuestra el compromiso y la confianza en el potencial de Vaca Muerta, que no solo está cambiando el mapa energético de Argentina, sino que también posiciona al país como un jugador clave en el mercado global de energía. La exitosa implementación de este oleoducto podría ser un modelo para futuros proyectos de infraestructura energética en otras regiones del país.
Vaca Muerta Sur: el oleoducto que impulsará la exportación de crudo en Argentina
Un consorcio de siete productoras liderado por YPF llevará adelante la construcción del oleoducto Vaca Muerta Oil Sur (VMOS), una obra de infraestructura clave para el sector petrolero argentino. Este ducto se perfila como la principal vía de exportación de crudo, conectando la localidad de Allen en Río Negro con una nueva terminal portuaria en Punta Colorada. Con una inversión estimada de 2.528 millones de dólares, el proyecto promete generar divisas por hasta 20 mil millones de dólares anuales hacia finales de la década.