El poder del calor terrestre: los géiseres de Neuquén como recurso energético y turístico

Argentina, conocida por su riqueza natural y diversidad geográfica, se posiciona como un lugar clave en la producción de energía geotérmica gracias a sus fuentes termales y géiseres, destacándose los ubicados en la provincia de Neuquén. Estos yacimientos no solo son un espectáculo visual, sino también una promesa de desarrollo energético sustentable.

Los géiseres son manifestaciones del calor terrestre, formados por depósitos subterráneos de agua en contacto con magma volcánico. Este proceso provoca un sobrecalentamiento que genera un aumento de presión y, finalmente, la erupción del agua en la superficie. Estos chorros pueden alcanzar los 50 metros de altura, a temperaturas cercanas a los 100°C.

El término "géiser" proviene del islandés "geysa", que significa "surtidor" o "chorro". Este fenómeno es característico de regiones con alta actividad volcánica, como Islandia, pero en Argentina, los géiseres de Neuquén son únicos por su conexión con el imponente Volcán Domuyo.

El Volcán Domuyo, con una altura de 4.702 metros sobre el nivel del mar, es el punto más elevado de la Patagonia y el epicentro de una región rica en actividad termal. En sus alrededores, cuatro géiseres activos emiten chorros de agua y vapor a temperaturas que rondan los 90°C, creando un atractivo natural que atrae a turistas y científicos por igual.

Para llegar a los géiseres, el punto de partida es el pintoresco pueblo de Varvarco, ubicado a 35 kilómetros del sitio. El trayecto incluye un paso por la formación rocosa conocida como Los Bolillos, con un recorrido final que ofrece vistas espectaculares de la cordillera de los Andes y los géiseres en plena actividad.

Además de su valor turístico, estos yacimientos representan un recurso clave para la producción de energía geotérmica. Este tipo de energía aprovecha el calor interno de la Tierra para generar electricidad de forma limpia, ilimitada y sin depender de las condiciones climáticas, a diferencia de otras fuentes renovables como la solar o la eólica.

La energía geotérmica es altamente eficiente cuando las temperaturas superan los 100°C, convirtiendo el vapor del agua en energía eléctrica. Este proceso resulta especialmente relevante en un contexto mundial que busca reducir la dependencia de combustibles fósiles y combatir el cambio climático.

Neuquén, con su riqueza geotérmica, podría convertirse en un modelo a seguir en la transición hacia energías limpias. Los géiseres del Domuyo ofrecen un potencial inmenso para proyectos de energía geotérmica, que no solo beneficiarían a la región, sino también al país en su conjunto.

El aprovechamiento de estos recursos requiere un enfoque equilibrado entre el desarrollo energético y la preservación del medio ambiente. Las actividades turísticas y científicas en la zona deben realizarse de manera responsable para garantizar la conservación de este patrimonio natural.
En un mundo cada vez más necesitado de alternativas sostenibles, los géiseres de Neuquén destacan como una oportunidad única para Argentina.
Su combinación de atractivo turístico y potencial energético posiciona a esta región como un epicentro del desarrollo sostenible.

La energía geotérmica, al ser limpia e ilimitada, ofrece una estabilidad energética que pocos recursos pueden igualar. Los géiseres del Domuyo son un ejemplo vivo de cómo la naturaleza puede ser una aliada en la búsqueda de soluciones para el futuro energético del país.

El desafío ahora es implementar políticas y proyectos que permitan aprovechar este recurso de manera eficiente y sostenible, integrando a las comunidades locales y respetando el entorno natural.

Argentina tiene la oportunidad de liderar en la producción de energía renovable en América Latina, y los géiseres de Neuquén son un paso firme hacia ese objetivo.

Con recursos como estos, el país no solo puede garantizar su propia estabilidad energética, sino también contribuir a la lucha global contra el cambio climático. Los géiseres del Domuyo son, sin duda, una promesa de futuro que vale la pena explorar.

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