La secretaria de Energía, María Tettamanti, advirtió que el país “no cuenta con una potencia instalada suficiente como para pasar los picos de demanda de forma tranquila”. Según señaló en el Foro LIDE Argentina, la situación obliga a “gestionar la poca oferta disponible y administrar la demanda” mediante medidas paliativas.
El Comité de Seguimiento, integrado por la subsecretaría de Energía Eléctrica, el ENRE, CAMMESA, generadores, transportistas, distribuidores y grandes usuarios, evalúa quincenalmente acciones de contingencia. También participan organismos como el Servicio Meteorológico Nacional, con el fin de proyectar escenarios de consumo y definir incentivos a la generación adicional o ajustes en la demanda no prioritaria.
Durante el verano pasado, aun con temperaturas moderadas, se alcanzó un récord de 30.240 MW de demanda el 10 de febrero, impulsado por el consumo residencial. Este año la situación se anticipa más compleja, ya que no se incorporó nueva infraestructura y los proyectos en curso no tendrán impacto antes de 2027.
En paralelo, el Gobierno busca acelerar inversiones a mediano y largo plazo. Una de las medidas recientes fue la licitación de almacenamiento por 500 MW en Buenos Aires, que recibió ofertas por 1.400 MW, reflejando el interés del sector privado. Además, se prevén licitaciones de transporte de alta tensión antes de fin de año.
En julio, mediante la Resolución 311/2025, se avanzó con el Plan Nacional de Ampliación del Transporte Eléctrico, que definió tres obras estratégicas bajo concesión privada: AMBA I, para reforzar el abastecimiento del Área Metropolitana de Buenos Aires; la línea de 500 kV Río Diamante-Charlone-O’Higgins, para evacuar generación de Comahue; y la línea de 500 kV Puerto Madryn-Choele Choel-Bahía Blanca, que optimizará la conexión entre Patagonia y el sistema troncal. Estas forman parte de los 16 proyectos prioritarios identificados en la Resolución 715/2025.
Tettamanti señaló que el objetivo es “crear un ambiente regulatorio confiable para fomentar la inversión privada en todos los eslabones de la energía y aprovechar la ventana de oportunidad de las reservas de gas y crudo”. La funcionaria advirtió que el éxito dependerá de la consistencia de las políticas públicas entre el Gobierno nacional, el Congreso, la Justicia, las provincias y los municipios.
En cuanto al sector gasífero, explicó que las distribuidoras cuentan con contratos en el marco del Plan Gas, pero en invierno solo cubren la mitad de sus necesidades, mientras que la otra mitad es provista por ENARSA mediante importaciones de GNL. Según indicó, este esquema debería descentralizarse y ordenarse para reflejar la realidad del mercado.
La funcionaria también señaló que existen contratos de transporte de gas en rutas sin disponibilidad, lo que genera distorsiones entre el mercado formal y la provisión efectiva del servicio. “Buscamos sincerar el mercado para normalizar el mercado mayorista”, afirmó.
El Gobierno proyecta avanzar hacia un esquema de libre mercado tanto en generación eléctrica como en producción de gas natural. No obstante, Tettamanti reconoció que se requiere una transición gradual para evitar un impacto excesivo en las tarifas y en el esquema de subsidios.
En ese sentido, anticipó que en las próximas horas se publicarán lineamientos para liberar parcialmente el mercado eléctrico mayorista, replicando el modelo de licitaciones de almacenamiento. El esquema prevé que CAMMESA actúe como organizador, mientras que distribuidoras y grandes usuarios se constituyan como compradores directos de la nueva energía.
Para que esto sea viable, las distribuidoras deberán poder operar como sujetos de crédito, lo que depende de la renegociación de sus deudas. “El mayor desafío es eliminar el riesgo para los generadores mediante mecanismos de garantía que les permitan invertir en nueva potencia”, afirmó Tettamanti.
La secretaria advirtió que la principal preocupación del sector privado sigue siendo la falta de garantías regulatorias. “El riesgo argentino y el riesgo regulatorio desalientan la inversión más que los precios internacionales”, explicó. En esa línea, citó el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) como ejemplo de cómo reglas claras y sostenidas pueden atraer capitales externos.
El escenario energético argentino se encuentra bajo presión por la limitada capacidad instalada y la creciente demanda estacional. La combinación de medidas de contingencia a corto plazo y proyectos estratégicos de infraestructura será clave para garantizar la seguridad del suministro y sentar las bases de un mercado energético más competitivo y sostenible.