Las conversaciones se desarrollaron en el marco de la feria Gastech en Milán, donde representantes del consorcio mantuvieron reuniones con fabricantes líderes de la industria naval. Una de las empresas que se perfila para proveer dos de los buques es la china Wison, que opera desde 1997. La coreana Samsung también participó de los encuentros con vistas a sumarse al proyecto.
Uno de los buques en análisis es un modelo de 6 MTPA, una capacidad inédita para la firma asiática. Su construcción demandaría 46 meses, a los que se agregarían unos seis más para traslado y puesta en marcha: tres meses de acarreo —el buque no posee motor propio y debe ser remolcado— y otros tres para la instalación en destino. En el país, no obstante, se espera que los plazos puedan reducirse a alrededor de 30 meses.
Las características de un buque de 3,6 MTPA de Wison requieren para su operación un mínimo de 50 personas, aunque el número puede llegar a 150 según el diseño final. La ubicación también influye: si se instala a pocos kilómetros de la costa, el personal puede rotar con mayor facilidad, mientras que en un esquema offshore debe permanecer a bordo en camarotes y espacios de vida diaria.
“Este barco puede operar muy cerca de la zona costera, tal vez solo 5 o 6 km. Las personas en el barco no necesitan demasiado porque pueden bajar para dormir”, explicó Jason Liu, gerente general del centro de producto FLNG de Wison New Energies.
Actualmente, Wison tiene un buque en operación, otro en construcción listo para ser entregado y un tercero en astillero. Entre los modelos desarrollados se destacan el Tango, de 0,5 MTPA, que operó en Argentina en 2019, y el Congo, de 2,4 MTPA. Para 2026, la empresa prevé entregar un buque de 1,2 MTPA a Indonesia en asociación con la malaya Genting Oil & Gas.
El Tango FLNG estuvo en funcionamiento en Bahía Blanca como prueba piloto, aunque el contrato se interrumpió durante la pandemia. Ese antecedente es parte del interés local por retomar este tipo de soluciones flotantes que permiten agregar valor al gas de Vaca Muerta.
Consultado sobre la posibilidad de construir un buque de 6 MTPA, Liu señaló que el diseño se realizó de manera interna y que implicaría trasladar algunas instalaciones de tratamiento a tierra. “Durante la licuefacción necesitamos eliminar gases ácidos, deshidratar y remover mercurio. Para esta escala, estamos pensando en mover esa parte a onshore”, detalló.
El directivo también indicó que Wison trabaja con la estadounidense Chart y que existen otras empresas interesadas en este tipo de embarcaciones de gran porte. La innovación en diseño busca facilitar la adaptación de los buques a diferentes contextos de operación.
Como antecedente, la construcción del buque Congo demandó dos meses de traslado desde China y otros dos de instalación en destino. Su costo ascendió a US$ 2.000 millones, según la compañía, que evitó dar precisiones sobre los valores de las futuras unidades que se destinarán a la Argentina.
El financiamiento es otro de los puntos clave. Liu destacó que bancos de desarrollo de China podrían intervenir en la operación. “Como contratista de YPF, tratamos de ayudar a nuestros clientes a financiarse. Tenemos relación con nuestra banca y queremos promover este modo de financiamiento corporativo”, indicó.
La incorporación de buques licuefactores es estratégica para el consorcio Argentina LNG, que busca consolidar a Vaca Muerta como un proveedor global de gas natural licuado. Los barcos permitirán monetizar el gas rico de la cuenca neuquina y avanzar en un esquema exportador de largo plazo.
Con estas negociaciones, YPF y sus socios buscan posicionar a la Argentina en el mapa global del GNL, ampliando la capacidad instalada y generando nuevas oportunidades de inversión e integración con los mercados internacionales.