Bulgheroni explicó que la caída de precios internacionales responde a la sobreoferta que se generó tras un período prolongado de valores altos, sostenidos por los recortes de producción de la OPEP. “El precio del petróleo es cíclico y estamos hoy en un momento de precios más bajos a raíz de que la OPEP estaba empezando a perder mercado”, señaló.
El directivo apuntó que nuevos jugadores como el Mar del Norte, Guyana, Estados Unidos y la propia Argentina impulsaron el desarrollo de sus recursos, lo que presionó a la baja en los precios. Para el ejecutivo, esta situación constituye a la vez “una oportunidad y un desafío” para que el país se convierta en exportador de crudo, siempre y cuando logre ser competitivo frente a sus pares internacionales.
En este marco, Bulgheroni subrayó la necesidad de encarar un esquema tripartito de trabajo. “La competitividad se logra con una charla tripartita en el ámbito laboral, el ámbito gubernamental y el ámbito industrial, y entre los tres tenemos que mantener estas conversaciones para lograr competitividad”, expresó.
El componente laboral, indicó, debe enfocarse en la incorporación de nuevas tecnologías que mejoren la eficiencia y la automatización de procesos. “Aplicando tecnologías digitales en el monitoreo y en la automatización podemos ser mucho más eficientes, focalizando mejor el trabajo en campo”, explicó.
No obstante, advirtió que el despliegue tecnológico requiere un fuerte programa de capacitación. “Hay que trabajar junto con los sindicatos en lo que es la formación de la fuerza laboral y ver cómo ir transformando el ámbito del trabajo en el campo de la energía”, añadió.
El directivo también puso el foco en los grandes proyectos de infraestructura en marcha, que requieren previsibilidad para concretarse. En ese sentido, destacó la importancia del Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), al que calificó como un marco “fundamental” para brindar seguridad fiscal y jurídica de largo plazo a proyectos que demandan horizontes de inversión superiores a 20 años.
Entre los planes más relevantes mencionó el proyecto VMOS, un oleoducto con capacidad inicial de 500.000 barriles diarios que permitirá a la Argentina exportar hasta un millón de barriles por día a medida que crezca la producción. La obra, con un avance del 25% y una inversión estimada en US$ 3.000 millones, podría generar exportaciones por alrededor de US$ 15.000 millones.
Bulgheroni resaltó que el proyecto cuenta con la participación de siete compañías productoras y logró financiamiento récord por US$ 2.000 millones, lo que refleja la confianza internacional en la capacidad exportadora de Vaca Muerta. “La unión de la industria hace al sector más competitivo”, enfatizó.
El ejecutivo también se refirió al proyecto Argentina LNG, liderado por PAE junto con la noruega Golar y otras empresas del sector. La iniciativa busca posicionar al país como exportador de gas licuado mediante la contratación de buques metaneros para viabilizar las exportaciones.
Según explicó, ya está contractualizado un primer barco y se sumará otro hacia 2028, en el marco del RIGI. Con ambos, el plan permitirá exportar 6 millones de toneladas de GNL al año, lo que equivale a un quinto de la producción de gas nacional.
Para Bulgheroni, este proyecto consolidará a la Argentina como proveedor energético global. “Con esto creo que estamos muy bien encaminados para tener una Argentina exportadora”, afirmó, al remarcar que la clave será sostener el esfuerzo tripartito entre gobierno, sindicatos e industria para mantener la competitividad de Vaca Muerta en un escenario de precios bajos.