Lo que hasta hace pocos años representaba un techo de productividad hoy se transformó en el nuevo piso operativo de la industria, impulsado por la innovación en ingeniería, la optimización de los diseños de fractura y la ampliación de las ramas horizontales.
Este avance técnico refuerza el objetivo que el sector energético considera posible: superar el millón de barriles diarios de producción total en Vaca Muerta antes de 2030, apalancado en las obras de infraestructura que expanden la capacidad de transporte hacia los puertos del Atlántico.
Según el informe de la consultora GtoG Energy, el caso más emblemático es el pozo VIS.Nq.BPO-2801(h), operado por Vista Energy, que logró superar el millón de barriles en menos de doce meses, un récord absoluto para el no convencional argentino. Este resultado redujo drásticamente el período de repago de la inversión y consolidó un nuevo parámetro de rentabilidad financiera en el sector.
El podio de productividad se completa con otros pozos de rendimiento excepcional: VIS.Nq.BPE-2202(h), también de Vista Energy; XOM.Nq.BdC-10(h), desarrollado por ExxonMobil (hoy operado por Pluspetrol); y los pozos LLL-1577(h) y SoIL-391(h), pertenecientes a YPF en el área Loma Campana.
Estos desarrollos se concentran en Bandurria Sur, Loma Campana, Bajada del Palo Este y Oeste, y La Amarga Chica, zonas consideradas el núcleo más productivo del shale oil argentino. En esos bloques, la extensión de las ramas horizontales, sumada a un mejor diseño de fractura, permitió aumentar el contacto con el reservorio y optimizar la eficiencia de drenaje del petróleo.
El resultado no solo es un salto técnico, sino también financiero: alcanzar el millón de barriles en un tiempo récord reduce el ciclo de retorno de la inversión, mejora la rentabilidad y coloca a Vaca Muerta entre las cuencas más competitivas del mundo, al nivel del Permian (EE.UU.) o Montney (Canadá).
La velocidad con la que se alcanzan estos volúmenes marca además un nuevo paradigma en la ingeniería de reservorios. Mientras que los pozos históricos requerían más de tres años para alcanzar esa cifra, hoy algunos lo logran en menos de uno, gracias a la curva de aprendizaje y al perfeccionamiento operativo de las empresas.
Los especialistas destacan que el “millón de barriles” dejó de ser una excepción y se convirtió en el nuevo estándar técnico que guía la planificación de perforaciones futuras. “El interrogante ya no es si más pozos alcanzarán esta marca, sino cuán rápido lo harán”, señala el informe.
La eficiencia alcanzada también se traduce en ventajas competitivas para el país: una mayor producción acumulada en menos tiempo permite generar más exportaciones, más regalías provinciales y una estructura de costos más eficiente para toda la cadena.
Además, la tendencia demuestra que la madurez tecnológica de Vaca Muerta avanza a paso firme. La combinación de perforación de largo alcance, fracturas de alta densidad y monitoreo digital del rendimiento de los pozos redefine los límites de productividad del shale argentino.
Con estos resultados, el sector energético consolida la visión de Vaca Muerta como una de las cuencas más rentables del planeta, capaz de sostener un crecimiento sostenido en producción y exportaciones durante la próxima década.
Los “pozos del millón” no solo representan un récord técnico, sino el símbolo de una nueva etapa en la historia energética argentina: una etapa donde la ingeniería, la inversión y la eficiencia redefinen lo que hasta ayer parecía un techo productivo.