Neuquén se afianza como una de las provincias con mayor crecimiento en la producción minera no metalífera, un sector clave para la infraestructura, la construcción y la cadena de valor industrial. Según el balance elaborado por la secretaría de Ambiente y Recursos Naturales, el año pasado cerró con un nuevo récord de producción y una proyección positiva para 2025.
El valor total alcanzó $ 33.994 millones, con un volumen de 3,87 millones de toneladas extraídas, que confirman la solidez de una actividad que genera empleo, desarrollo y abastecimiento estratégico para obras públicas y privadas.
Del total, el 62,3% correspondió a rocas de aplicación, principalmente áridos, caliza y piedra laja, mientras que el 31,4% se originó en minerales industriales como yeso, baritina y bentonita. Los áridos se mantienen como el insumo fundamental para la construcción y el avance de obras de infraestructura energética, vial y urbana.
En la actualidad, 125 yacimientos se encuentran en producción, generando 3.345 puestos de trabajo directos e indirectos. Las zonas de Zapala, Picunches y Pehuenches concentran la mayor actividad, con un efecto dinamizador sobre proveedores locales, transporte y servicios asociados.
El informe oficial destaca además un crecimiento sostenido en la participación femenina, que alcanzó el 8,65%, cifra que refleja la incorporación de mujeres en áreas operativas, técnicas y de gestión dentro de la industria minera provincial.
En el plano comercial, el 95% de la producción se destina al mercado interno, principalmente para abastecer obras en Neuquén y provincias vecinas. Las exportaciones también registran avances: Chile y Estados Unidos se consolidaron como los principales destinos, con 21.006 toneladas enviadas a Chile por un valor de $ 1.056 millones, y ventas de bentonita a EE.UU. destinada a la producción de alimentos balanceados.
Desde la secretaría de Ambiente y Recursos Naturales remarcaron que el desarrollo del sector está acompañado por una gestión ambiental rigurosa, basada en evaluaciones técnicas, trazabilidad de procesos y la promoción de buenas prácticas extractivas, con participación ciudadana y control interdisciplinario.
La provincia trabaja de forma coordinada con organismos públicos y privados en infraestructura habilitante, como caminos, redes de energía y sistemas de saneamiento, que fortalecen la productividad y reducen los impactos logísticos de la actividad minera.
El plan estratégico provincial busca integrar la minería no metalífera al desarrollo energético, potenciando sinergias con la expansión de Vaca Muerta y consolidando una matriz económica diversificada.
De acuerdo con el balance oficial, la minería neuquina se proyecta como un motor complementario al petróleo y el gas, con ventajas competitivas en recursos, ubicación geográfica e infraestructura.
El crecimiento registrado en 2024 y las perspectivas para 2025 reflejan un modelo de desarrollo sostenible, basado en la innovación, la eficiencia productiva y la articulación público-privada, que fortalece el perfil minero y energético de Neuquén.
Con estos resultados, la provincia consolida su posición como un polo de producción estratégica en el sur argentino, donde la minería responsable y la energía se combinan para impulsar el crecimiento económico y la generación de empleo de calidad.