Las enormes reservas de gas natural que posee la Cuenca Neuquina —suficientes para abastecer el mercado interno por 163 años— permiten planificar una estrategia de exportación sin comprometer el consumo local. La transición energética global y la urgencia de aprovechar esta ventana de oportunidad aceleraron los planes para posicionar a Argentina como proveedor estratégico de energía.
El proyecto contempla tres fases de desarrollo que comenzarán en 2027 con la entrada en funcionamiento del buque flotante de licuefacción Hilli Episeyo, provisto por la firma noruega Golar y operado por Southern Energy. Esta unidad tendrá una capacidad de producción de 2,45 millones de toneladas anuales (MTPA), equivalentes a 11,5 millones de metros cúbicos diarios de gas.
La firma del acuerdo estuvo encabezada por el presidente de YPF, Horacio Marín, y su par de Eni, Claudio Descalzi, con la presencia del presidente argentino Javier Milei y la primera ministra italiana Giorgia Meloni. Se trata de un “head of agreement” que anticipa la Decisión Final de Inversión, prevista para antes de fin de año.
En total, el plan contempla la instalación de seis barcos de licuefacción en el Golfo San Matías, provincia de Río Negro. Una vez en marcha, estas unidades podrán exportar 28 MTPA, es decir, casi la totalidad de la producción actual de gas natural del país. La magnitud del proyecto se compara con la suma de todas las plantas flotantes de licuefacción operativas a nivel mundial.
La primera fase ya fue incorporada al Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) y prevé un desembolso de US$ 7.000 millones en dos décadas. El consorcio Southern Energy, encargado de esta etapa, está conformado por Pan American Energy (30%), YPF (25%), Pampa Energía (20%), Harbour Energy (15%) y Golar LNG (10%).
Además del Hilli Episeyo, Southern Energy avanza con la construcción de una segunda unidad flotante, denominada “MKII”, que reforzará la capacidad productiva inicial. Las fases siguientes, “Argentina LNG 2” y “Argentina LNG 3”, comenzarán a implementarse entre 2028 y 2030 con una inversión adicional de hasta US$ 12.000 millones.
En la segunda fase, YPF se asociará con Shell y otros tres actores internacionales todavía no revelados. Esta etapa implicará la construcción de dos buques FLNG propios y un nuevo gasoducto exclusivo. La tercera fase sumará 12 MTPA adicionales, consolidando la capacidad total del proyecto.
La iniciativa no solo apunta al mercado global, sino también al regional. Ya se han firmado acuerdos con Brasil para comenzar exportaciones por 2 millones de metros cúbicos diarios, que podrían escalar a 10 millones en tres años y llegar a 30 millones en 2030. Parte del transporte se realizaría a través de los gasoductos de Bolivia, hoy subutilizados por el declino de sus reservas.
En este contexto, el Gobierno argentino anunciará una modificación en el cálculo del precio del gas para exportación a partir de 2026. El nuevo esquema desvinculará el precio del barril Brent y lo alineará con el mercado interno, lo que permitirá ofrecer tarifas más competitivas a países vecinos como Brasil y Chile.
Este mecanismo estará vigente hasta 2028, cuando finalicen los contratos del Plan Gas. A partir de 2029, la intención oficial es liberalizar los mercados interno y externo, lo que consolidaría a la Argentina como un país exportador confiable y competitivo en materia energética.
Con estos avances, el país da pasos firmes hacia una transformación estratégica de su matriz energética y hacia una nueva etapa de desarrollo económico, apalancada por el potencial de Vaca Muerta y las oportunidades del mercado internacional de gas natural licuado.