La funcionaria destacó que, según las proyecciones del Ministerio de Economía, liderado por el candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, para mayo de 2024, el norte de Argentina estará en condiciones de recibir gas desde la rica formación de Vaca Muerta.
El impulso para esta obra provino en parte de la situación en Bolivia, principal importador de gas para Argentina, ya que Bolivia confirmó que no podría cumplir con los contratos de suministro hasta el año 2026 debido a una retracción en la producción de gas en ese país. Esta situación motivó al Gobierno nacional a avanzar con la reversión del Gasoducto Norte.
Royón resaltó que esta obra tendrá un profundo impacto en la balanza energética de Argentina, pasando de ser negativa en 4.500 millones de dólares a ser positiva en 3.700 millones de dólares anuales. Esto no solo representará un ahorro significativo en divisas para el país, sino que también conducirá a una reducción en los costos de energía tanto para los hogares como para las industrias.
La secretaria de Energía subrayó que el gas proveniente de Vaca Muerta es hasta cuatro veces más barato que el importado, lo que tendrá un efecto positivo en la economía y en la competitividad de la industria argentina.
En cuanto a los plazos, Royón aseguró que la licitación de la obra se lanzó hace diez días y que se espera que esté terminada en mayo de 2024, lo que representa un avance significativo en la meta de abastecer al norte argentino de gas de origen nacional.
Esta ambiciosa obra del gasoducto involucra tres componentes principales, que incluyen la construcción de un gasoducto entre Tío Pujio-La Carlota en Córdoba, con una extensión de 122 kilómetros, dos ampliaciones sobre el Gasoducto Norte con una longitud de 62 kilómetros y la reversión del sentido de inyección de gas en cuatro plantas compresoras existentes ubicadas en Ferreyra y Deán Funes en Córdoba, Lavalle en Santiago del Estero, y Lumbreras en Salta.
Además de impulsar la infraestructura energética, se espera que esta inversión genere alrededor de 3.000 puestos de trabajo directos y 12.000 indirectos, así como un ahorro anual de importaciones por un valor estimado de 1.960 millones de dólares. Esta obra también contribuirá a una disminución en los costos de generación eléctrica y del gas natural para las industrias en las provincias de Córdoba, Tucumán, La Rioja, Catamarca, Santiago del Estero, Salta y Jujuy, lo que se considera un hito significativo para la región norte de Argentina.