La iniciativa, encabezada por el grupo de Ingeniería Térmica y de Fluidos de la Universidad Pública de Navarra (UPNA) en España, se desarrolla dentro del proyecto VIVOTEG. Este proyecto multidisciplinario reúne a expertos de la Universidad de Cádiz en España, la Universidad de Buenos Aires en Argentina y el IDEAN—Instituto de Estudios Andinos ‘Don Pablo Groeber’.
La colaboración hispano-argentina ha dado lugar a una tecnología innovadora que utiliza generadores termoeléctricos para convertir el calor geotérmico de fumarolas volcánicas activas en electricidad continua. Esta electricidad alimenta estaciones de monitoreo remoto, proporcionando una capacidad vital para observar la actividad volcánica en entornos extremadamente aislados.
David Astrain, profesor principal del equipo de la UPNA, explicó el funcionamiento de esta tecnología, que aprovecha la diferencia de temperatura entre las fumarolas calientes y el aire gélido de la Antártida. Esto se logra a través de módulos termoeléctricos y intercambiadores de calor pasivos altamente eficientes, lo que garantiza una generación continua de energía eléctrica independientemente de las condiciones ambientales.
La importancia de esta innovación no se limita al ámbito científico, ya que aborda uno de los principales desafíos en el monitoreo volcánico: la alimentación de energía necesaria para los sensores y equipos de transmisión de datos en lugares remotos con condiciones climáticas extremas. Además, dado que aproximadamente el 10% de la población mundial vive cerca de un volcán activo, esta tecnología tiene implicaciones significativas en la comprensión y predicción de las erupciones volcánicas para minimizar su impacto en las poblaciones.
La instalación exitosa de estos generadores termoeléctricos en la Isla Decepción, uno de los volcanes activos de la Antártida, representa un avance sin precedentes en la investigación polar. Esto permitirá por primera vez disponer de datos geológicos en tiempo real durante todo el año, incluso en invierno, lo que mejorará significativamente la capacidad de monitoreo volcánico remoto.
Los resultados preliminares son alentadores y se planea expandir esta tecnología durante la próxima Campaña Antártica. Si se demuestra su eficacia a lo largo del tiempo, esta tecnología podría aplicarse en volcanes de todo el mundo, mejorando la seguridad pública mediante una monitorización más precisa y temprana de las erupciones volcánicas.
Este esfuerzo conjunto entre Argentina y España destaca el potencial de la cooperación científica internacional y demuestra cómo los enfoques innovadores de la energía renovable pueden ofrecer soluciones a desafíos globales, como la preparación para desastres naturales y la adaptación al cambio climático.
La sinergia entre los equipos de investigación de Argentina y España en este proyecto subraya la importancia de la colaboración internacional en la búsqueda de soluciones para desafíos científicos y medioambientales. Al unir fuerzas y recursos, estos países no solo han logrado un avance tecnológico significativo, sino que también han sentado las bases para futuras investigaciones y aplicaciones en el campo de la energía renovable y la monitorización volcánica.
Además, este hito representa un paso crucial hacia la exploración sostenible de recursos energéticos en lugares remotos y extremos del planeta. Al utilizar el calor geotérmico de manera innovadora, se abre la puerta a nuevas posibilidades en la generación de energía en entornos difíciles, lo que podría tener implicaciones no solo en la investigación científica, sino también en el desarrollo de comunidades locales en regiones volcánicas y otras áreas geotérmicamente activas.
Con información de latinamericanpost
Argentina y España lideran la generación de energía en el corazón de los volcanes
En un hito sin precedentes, científicos argentinos y españoles han alcanzado un avance significativo en la exploración y aprovechamiento del calor geotérmico en la Antártida. Este logro marca un paso crucial hacia un monitoreo más avanzado de la actividad volcánica, además de establecer un nuevo estándar en el uso de fuentes de energía renovable en entornos extremos.