La infraestructura de transmisión existente, con estaciones transformadoras de 500 kV y 132 kV, constituye un factor determinante para la radicación de estos proyectos. Este marco técnico permitió la llegada de dos compañías con trayectoria en el sector: MSU Green Energy y Ambientes y Energía SAS, que se consolidan como protagonistas de esta nueva etapa energética en la provincia.
De acuerdo con datos de CAMMESA, al primer trimestre de 2025 la energía solar representa el 3,1% de la capacidad instalada de Argentina, con un total cercano a 2.000 MW al considerar tanto grandes parques como generación distribuida. El avance de Formosa, por lo tanto, implica un salto significativo en el mapa energético nacional.
MSU Green Energy lidera con dos desarrollos ya concretados: el Parque Solar Las Lomitas, de 22 MW y actualmente en construcción, y el Parque Solar Ingeniero Juárez, de 15 MW, que ya se encuentra operativo. Ambos proyectos suman 37 MW de capacidad instalada en conjunto.
Las instalaciones ocupan unas 80 hectáreas y reúnen más de 63.000 paneles fotovoltaicos. Según la empresa, los parques permitirán reducir más de 43.000 toneladas de dióxido de carbono por año y abastecer de energía renovable a más de 33.000 hogares.
La segunda gran apuesta corresponde a Ambientes y Energía SAS, que impulsa un proyecto solar de 80 MW en las localidades de Laguna Blanca, Ibarreta y Pirané. La inversión estimada alcanza los US$ 67 millones, y una vez operativo, constituirá uno de los polos solares más importantes del noreste argentino.
Los parques de esta compañía ya fueron licitados y adjudicados, y resta la autorización de CAMMESA para iniciar las obras. Se espera que, junto con los desarrollos de MSU, eleven significativamente la capacidad de generación renovable en la provincia.
A estos proyectos se suman nuevas iniciativas en Formosa capital, Clorinda y Güemes, que aportarían otros 100 MW de potencia. Para definir la empresa a cargo de estos desarrollos está prevista una licitación en los próximos días.
Con estas ampliaciones, Formosa alcanzará una capacidad solar total cercana a los 217 MW, consolidándose como un actor emergente dentro del sector renovable argentino. La magnitud de las inversiones posiciona a la provincia en una senda de crecimiento sostenible.
El impacto no se limita a la energía. La construcción y operación de los parques solares genera empleo directo e indirecto, impulsa la actividad de proveedores locales y moviliza recursos en las comunidades cercanas. El desarrollo energético, además, representa un alivio para zonas que enfrentan limitaciones de suministro, mejorando la estabilidad y confiabilidad de la red.
Desde la sanción de la Ley 27.191 en 2015, que fijó como meta alcanzar un 20% de renovables en la matriz eléctrica hacia 2025, el sector fotovoltaico mostró un crecimiento constante. Provincias como San Juan y Jujuy lideran la expansión gracias a sus altos índices de radiación, pero Formosa comienza a ganar protagonismo.
Según proyecciones de la Cámara Argentina de Energías Renovables (CADER), durante 2025 la capacidad instalada del país podría crecer un 50%. De cara a 2030, se espera que la energía solar alcance los 3.096 MW, con prioridad para los proyectos que cuenten con despacho asegurado.
El avance, sin embargo, enfrenta obstáculos. La falta de financiamiento accesible, las limitaciones en infraestructura de transmisión y la inestabilidad macroeconómica siguen siendo desafíos para sostener la expansión de los grandes proyectos. Pese a ello, la experiencia de Formosa muestra que la inversión privada, acompañada de infraestructura adecuada, puede abrir una nueva etapa para la energía solar en Argentina.