Según datos del último informe sobre comercio exterior del Indec, este es el primer saldo positivo en la balanza comercial energética del país en 15 años, con excepción del año de la pandemia (2020). En concreto, las exportaciones de combustible y energía alcanzaron los 4.818 millones de dólares en el primer semestre de 2024, un aumento notable comparado con los 3.798 millones del mismo período en 2023. Este crecimiento se vio impulsado especialmente por el petróleo crudo, que experimentó un incremento interanual del 60,2%.
Durante el mes de junio, las exportaciones registraron un crecimiento del 24,2% respecto al año anterior, con un total de 629 millones de dólares en comparación con los 506 millones de junio de 2023. Paralelamente, las importaciones de "Combustibles y lubricantes" se redujeron significativamente, decreciendo un 55,1% respecto al semestre del año pasado, lo que equivale a 2.060 millones de dólares frente a los 4.587 millones importados en 2023.
Este logro representa un cambio de rumbo en la política energética del país, alejándose del modelo de autoabastecimiento y enfocándose en aumentar las exportaciones. Según Chirillo, "Vamos por el camino correcto, dejando atrás el agotado modelo de autoabastecimiento y enfocándonos en las exportaciones". Este superávit comercial energético no solo marca un éxito económico, sino también un fortalecimiento de la posición de Argentina en el mercado energético internacional.
El aumento en las exportaciones de energía y combustibles no solo ha contribuido a mejorar la balanza comercial, sino que también ha permitido a Argentina posicionarse como un actor clave en el mercado energético regional. Las políticas implementadas por el gobierno han incentivado la producción y exportación de petróleo crudo, que ha sido el principal motor de este crecimiento. La variación interanual del 60,2% en las exportaciones de petróleo crudo refleja una estrategia exitosa que ha captado la atención de inversionistas y socios comerciales internacionales.
La reducción drástica en las importaciones de combustibles y lubricantes también ha sido un factor determinante para alcanzar el superávit. En comparación con el año anterior, donde las importaciones totalizaron 4.587 millones de dólares, este año se redujeron a 2.060 millones, aliviando la presión sobre la balanza de pagos del país. Este descenso no solo se debe a una mayor producción local, sino también a una optimización en el consumo interno de combustibles, lo que ha resultado en un menor gasto en importaciones.
Este cambio estructural en la balanza comercial energética de Argentina llega en un momento crucial para la economía nacional. Con un superávit financiero en mayo y un crecimiento sostenido en las exportaciones energéticas, el gobierno se muestra optimista sobre el futuro económico del país. El enfoque en la exportación de energía no solo mejora la balanza comercial, sino que también impulsa el desarrollo económico, generando empleo y atrayendo inversiones extranjeras. La expectativa es que este impulso continúe en los próximos semestres, consolidando a Argentina como un proveedor de energía fiable y competitivo a nivel global.