Mengoni recordó que TotalEnergies fue la primera compañía en concretar envíos de gas argentino a Brasil a través del sistema boliviano, un proyecto que nació como prueba piloto en 2024 y que este año logró flujos firmes en condiciones técnicas y regulatorias estables. Para escalar ese corredor, afirmó, se requiere una coordinación directa entre los gobiernos y los operadores de transporte de la región.
El directivo explicó que Bolivia y Brasil operan gasoductos “largamente amortizados”, cuyos costos de transporte son hasta cuatro veces superiores a los de las transportistas argentinas. En un mercado que demanda competitividad, consideró imprescindible “alinear las tarifas” y permitir que el usuario final reciba un precio viable para adoptar gas argentino como parte de su matriz.
Al reducir esos costos operativos, Mengoni sostuvo que se liberaría margen para destinar tarifas a nuevas inversiones, manteniendo la competitividad del gas de Vaca Muerta y evitando que el corredor quede limitado a un proyecto meramente estacional. “Tenemos que pasar de la fase piloto a una solución sustentable de mediano y largo plazo”, afirmó.
TotalEnergies fue la empresa que, junto a sus socios, trabajó en la validación técnica del flujo internacional y en la adecuación regulatoria. El avance logrado en abril de 2025 permitió habilitar un segundo paso fundamental: exportaciones firmes que por primera vez llegaron a suelo brasileño vía Bolivia. Para Mengoni, este hecho “abre una nueva oportunidad regional”.
El ejecutivo subrayó que la convergencia de intereses entre Argentina, Bolivia y Paraguay puede consolidar un corredor estable que complemente la expansión energética del Cono Sur. Evitó hablar de competencia entre países y prefirió referirse a “una competencia sana”, donde cada Estado potencia su posición mediante infraestructura eficiente.
Aunque el gasoducto regional constituye una oportunidad por cercanía geográfica, Mengoni remarcó que Argentina también debe prepararse para una competencia global creciente. Mencionó que los precios internacionales tenderían a la baja hacia 2030, en un escenario saturado de nuevos proyectos de GNL, donde solo podrán competir los países con costos en descenso.
En ese contexto destacó la decisión del gobierno argentino de reducir el precio mínimo autorizado para exportar gas, un paso que “va en la dirección correcta”, aunque insistió en la necesidad de bajar impuestos, cargas operativas y costos de servicios para volver competitiva toda la cadena.
TotalEnergies es uno de los mayores comercializadores de GNL del mundo, con operaciones en nueve proyectos de construcción y cerca del 10% del comercio global. Ese posicionamiento le permite observar la evolución del mercado y alertar sobre la importancia de que Argentina avance rápido y con reglas previsibles.
El ejecutivo consideró que los proyectos regionales por gasoductos y los desarrollos de GNL “no son excluyentes”, y estimó que Argentina tiene un potencial exportador de 100 MMm³/d una vez abastecida la demanda interna. Ese volumen podría repartirse entre Chile, Brasil, proyectos de licuefacción y líquidos del gas natural.
También destacó el rol de Total Austral en el desarrollo gasífero argentino: con casi 50 años en el país, produce alrededor de 38 MMm³/d, lo que equivale a casi un tercio del total nacional. Su producción está dividida en partes iguales entre el offshore de Tierra del Fuego y el no convencional de Neuquén.
Tras la puesta en marcha del Proyecto Fénix, la compañía analiza nuevas opciones en la Cuenca Austral y en Vaca Muerta. Sin embargo, Mengoni fue claro: la concreción de futuros proyectos depende de señales económicas y regulatorias que permitan recuperar inversiones, incluyendo la libertad para distribuir dividendos al exterior.
Finalmente, afirmó que la continuidad de la desregulación del mercado energético será decisiva para atraer capitales globales. “Enviar el mensaje de que podemos traer inversiones y también repatriar resultados con normalidad será clave para tener más proyectos co