Según el reporte, YPF cerró el 3Q25 con un EBITDA ajustado de 1.357 millones de dólares, cifra calificada como “robusta” y en línea con las expectativas del mercado. El desempeño estuvo impulsado por la mayor producción no convencional, menores costos de extracción, mejores precios y niveles récord de procesamiento en las refinerías.
El segmento upstream fue el foco más destacado dentro del análisis del banco. Allí, YPF registró un EBITDA de 1.042 millones de dólares, un salto del 35,3 por ciento respecto del trimestre previo y un resultado que superó en cinco puntos las proyecciones de J.P. Morgan. La producción combinada alcanzó los 523.000 barriles equivalentes por día.
El informe subraya que los costos de lifting cayeron un 28,5 por ciento trimestre a trimestre, pasando de 12,3 a 8,8 dólares por barril equivalente, una reducción que permitió expandir márgenes y reforzar la competitividad de la compañía dentro del shale local.
La diversificación energética también aportó señales positivas. La división New Energies duplicó su EBITDA hasta alcanzar los 56 millones de dólares, impulsada principalmente por Metrogas y una mayor demanda residencial. Para J.P. Morgan, este desempeño confirma el potencial de expansión del negocio regulado.
En cambio, el área de Gas Licuado e Integrado mostró un resultado negativo de 4 millones de dólares, aunque mejor al esperado por el banco, que estimaba pérdidas por 15 millones. La entidad destaca el avance sostenido del proyecto Vaca Muerta Onshore Supply (VMOS), que alcanzó un 35 por ciento de ejecución hacia septiembre.
Pese al buen desempeño técnico, el segmento mid & downstream presionó los resultados generales. El EBITDA cayó un 19,4 por ciento, hasta los 354 millones de dólares, afectado por mayores costos operativos debido al alto nivel de procesamiento en las refinerías, que rondó el 96,5 por ciento de utilización.
El informe señala que el costo operativo por barril se mantuvo en 105 dólares, por encima de los 100 previstos por J.P. Morgan. Esta diferencia impactó en los márgenes del negocio y refuerza la necesidad de ajustar la estructura de costos en un contexto local complejo y volátil.
La fuerte inversión ejecutada durante el trimestre llevó a un flujo de caja libre negativo de 756 millones de dólares. YPF destinó 1.700 millones en gastos de capital —principalmente en Vaca Muerta y VMOS— y desembolsó 523 millones adicionales por la compra de Total Austral S.A., operaciones que presionaron la caja.
El endeudamiento neto creció hasta los 9.600 millones de dólares, elevando la relación deuda neta/EBITDA de 1,9x a 2,1x. Aun así, el banco aclara que el nivel continúa siendo sostenible en función del crecimiento proyectado y del retorno esperado de los proyectos estratégicos.
Para J.P. Morgan, YPF encarará 2026 con un escenario de crecimiento moderado sostenido por la solidez del upstream y la maduración de nuevas iniciativas. La entidad prevé una mejora gradual del flujo de caja a medida que el GNL y las inversiones recientes comiencen a rendir.
El banco mantiene su recomendación “Overweight” para las acciones de YPF, con un precio objetivo de 36,26 dólares. Destaca como pilares de confianza la productividad en Vaca Muerta, la firmeza del negocio principal y el potencial exportador vinculado al proyecto de GNL.
J.P. Morgan concluye que, pese al entorno macroeconómico desafiante y las tensiones en el segmento de refinación, la estrategia de inversión de YPF sentará las bases para una expansión sostenida durante los próximos años, con el shale como protagonista central de su crecimiento.