Energía y calidad: el impacto de las normas ISO en Vaca Muerta

Vaca Muerta, situada en la Cuenca Neuquina, se ha consolidado como un eje fundamental para el desarrollo energético de Argentina. Con una extensión de más de 30.000 kilómetros cuadrados, esta formación de hidrocarburos no convencionales alberga la segunda reserva de gas shale y la cuarta de petróleo shale más grande del mundo. Su potencial promete generar riqueza, aunque también enfrenta desafíos operativos, técnicos y ambientales de gran magnitud.

Las reservas de Vaca Muerta contienen aproximadamente 308 billones de pies cúbicos de gas y 16.200 millones de barriles de petróleo técnicamente recuperables, lo que representa el 60% del total de hidrocarburos no convencionales del país. Desde 2018, el yacimiento ha recibido inversiones superiores a los 20.000 millones de dólares, y se estima que serán necesarios al menos 70.000 millones de dólares adicionales para su desarrollo completo en la próxima década.

En este contexto, las normas ISO han desempeñado un papel crucial al proporcionar estándares internacionales para mejorar la eficiencia y sostenibilidad de las operaciones. La implementación de certificaciones como ISO 9001, ISO 14001 e ISO 50001 ha permitido optimizar procesos, minimizar riesgos y garantizar un mejor desempeño ambiental.

Anteriormente, muchas de las prácticas en Vaca Muerta se basaban en improvisación y conocimientos empíricos. Sin embargo, con la adopción de normas ISO, las empresas han logrado documentar cada paso de sus operaciones, identificar riesgos con mayor precisión y tomar decisiones basadas en datos concretos.

Uno de los avances más significativos ha sido la gestión del agua, un recurso esencial para la fractura hidráulica. Cada pozo requiere entre 10.000 y 20.000 metros cúbicos de agua, lo que plantea desafíos en una región con recursos hídricos limitados. Gracias a la norma ISO 14001, muchas compañías han implementado sistemas de reutilización, reduciendo en un 30% el consumo de agua y minimizando su impacto ambiental.

Asimismo, la aplicación de la norma ISO 50001 ha permitido mejorar la eficiencia energética en Vaca Muerta. En 2023, las principales operadoras lograron reducir en un 12% sus emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye a una producción más limpia y competitiva a nivel global.

El impacto de estas mejoras también se refleja en los niveles de producción. En 2024, Vaca Muerta alcanzó un récord de 400.000 barriles de petróleo diarios, un 35% más que el año anterior. En cuanto al gas natural, se produjo un total de 110 millones de metros cúbicos por día, representando el 45% de la producción nacional.

El desarrollo de infraestructura también jugará un papel clave en la expansión de Vaca Muerta. Para 2026, está prevista la finalización de un oleoducto de 600 kilómetros que conectará el yacimiento con los principales puertos de exportación. Se espera que esta obra aumente las exportaciones de petróleo en un 60%, generando ingresos adicionales por más de 8.000 millones de dólares anuales.

Más allá de la rentabilidad económica, el cumplimiento de normas internacionales ha permitido una mejor gestión ambiental. Un informe de Deloitte de 2023 señala que, gracias a la certificación ISO 14001, las empresas de Vaca Muerta han logrado reducir en un 25% los incidentes ambientales registrados en los últimos cinco años.

Mientras la atención mundial se centra en este yacimiento, Vaca Muerta demuestra que es posible combinar el crecimiento económico con la responsabilidad ambiental y social. Las normas ISO no solo aseguran una operación eficiente, sino que también promueven un modelo de gestión que garantiza beneficios sostenibles a largo plazo.

El futuro de Vaca Muerta dependerá no solo de su capacidad para producir más hidrocarburos, sino de cómo las empresas, las comunidades y el gobierno trabajen juntos bajo principios de calidad y sustentabilidad. La implementación de estándares internacionales y una gestión responsable serán claves para consolidar a Vaca Muerta como un referente global en energía y desarrollo sostenible.

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