Con el incremento de la remuneración de 16 a 28 dólares por megavatio-hora (MWh) dispuesto este año por el Gobierno argentino, la entidad binacional logró garantizar los fondos necesarios para retomar los trabajos y asegurar el flujo de pagos a las constructoras Webuild, Rovella y Tecnoedil.
La ampliación demandará una inversión total estimada en 621 millones de dólares, de los cuales se ejecutó hasta ahora un 34% (unos US$ 211,8 millones). La EBY aportará US$ 20 millones como anticipo y busca financiamiento adicional de organismos multilaterales para completar la obra en los próximos cuatro años.
Según el cronograma actualizado, la primera turbina, fabricada por la alemana Voith Hydro, entrará en operación en 2028, mientras que las dos restantes estarán listas en 2029. Con estas incorporaciones, la central hidroeléctrica aumentará su potencia instalada de 3.000 MW a 3.270 MW, lo que representa un incremento del 9% en su capacidad de generación.
El impacto económico será significativo: una vez finalizada, la ampliación permitirá generar energía adicional por unos 80 millones de dólares anuales, fortaleciendo el suministro eléctrico del sistema argentino y paraguayo.
Además del beneficio energético, el proyecto generará más de 900 puestos de trabajo directos, impulsando la reactivación productiva en las localidades de Ayolas (Paraguay) e Ituzaingó (Argentina), con un fuerte efecto multiplicador sobre proveedores locales de bienes y servicios.
Actualmente, Yacyretá opera con 18 turbinas fabricadas por IMPSA, una en proceso de reparación y otra temporalmente fuera de servicio. La represa, ubicada sobre el río Paraná, es uno de los mayores emprendimientos hidroeléctricos de la región y ha sido históricamente objeto de disputas entre ambos países por la compensación de deudas.
Argentina sostiene que Paraguay mantiene una deuda cercana a US$ 20.000 millones por la construcción original de la central, incluyendo capital e intereses acumulados a lo largo del tiempo, mientras que las negociaciones bilaterales continúan abiertas.
Desde la dirección paraguaya, Luis Benítez Cuevas celebró la reactivación: “Aña Cuá representa mucho para nuestros dos países: más trabajo, más ingresos, más comercio y, sobre todo, más energía, que es lo que necesitamos para desarrollarnos y atraer inversiones industriales”.
Por su parte, el director ejecutivo argentino de la EBY, Alfonso Peña, destacó el valor estratégico de la ampliación y su aporte al desarrollo federal: “La continuidad de Aña Cuá refleja una decisión política firme y sostenida: avanzar con proyectos que generan energía limpia, empleo genuino y desarrollo equitativo”.
Peña subrayó además la importancia de una gestión eficiente y transparente: “Este emprendimiento fortalece la integración con Paraguay y demuestra que, cuando los recursos se administran con criterio y visión, es posible concretar obras que transforman realidades y promueven el progreso de ambos países”.
De esta manera, la reactivación de Aña Cuá no solo consolida la expansión de Yacyretá, sino que también marca un paso clave hacia el fortalecimiento del sistema hidroeléctrico regional y la integración energética del Cono Sur.