El proyecto del nuevo gasoducto, que correría en paralelo a la ruta bioceánica en construcción, tiene como objetivo principal llevar el gas de Vaca Muerta hasta el gasoducto Norandino en Salta, Argentina. Desde allí, el gas seguiría su recorrido a través de Paraguay para luego enlazarse con el tramo del Gasbol que conecta Campo Grande con San Pablo, Brasil.
El recorrido propuesto contempla unos 110 kilómetros del lado argentino, 520 kilómetros junto a la ruta bioceánica -sin dificultades medioambientales, geográficas o de comunidades-, y finalmente 410 kilómetros del lado brasileño que se unirían al Gasbol, actualmente subutilizado.
El interés de Brasil en esta alternativa radica en la preocupación por el agotamiento de las reservas gasíferas en Bolivia, así como en la conveniencia de un trazo más corto, económico y conveniente para el transporte del gas. En este sentido, el ministro de Minas y Energía de Brasil, Alexandre Silveira, ha expresado abiertamente su disposición a considerar la propuesta paraguaya como una opción viable.
Para llevar a cabo este ambicioso proyecto, el gobierno paraguayo ha entablado conversaciones con empresas clave del sector, como Techint y Pluspetrol en Argentina, y Zeus Energy en Paraguay, esta última involucrada en la prospección de petróleo y gas en el Chaco paraguayo. Aunque aún no se conocen con certeza el volumen potencial de reservas ni la viabilidad de su explotación, la eventual concreción del proyecto representaría un beneficio tanto para Paraguay como para sus socios regionales.
En términos de proyecciones, Brasil tiene la intención de importar 30 millones de metros cúbicos de gas por día a largo plazo, con una primera etapa de diez millones de metros cúbicos. Paraguay, por su parte, busca dejar margen para que su propio gas pueda ingresar al mercado brasileño en el futuro.
Este proyecto, impulsado por actores privados con el respaldo estatal, se enmarca en una visión más amplia de integración energética en el Mercosur. Como presidente pro témpore del bloque, Peña ha asumido el compromiso de fortalecer los lazos entre los países miembros para beneficio mutuo, y el proyecto del gasoducto representa un paso significativo en esa dirección.
El impulso de Paraguay para la construcción de este gasoducto representa una oportunidad única para fortalecer la integración energética en la región y diversificar las fuentes de suministro de gas. Además de proporcionar una alternativa al Gasbol, el proyecto también ofrece la posibilidad de aprovechar el potencial energético del Chaco paraguayo, lo que podría contribuir significativamente al desarrollo económico del país y de la región en su conjunto.
Con el respaldo de empresas líderes en el sector y el interés manifestado por los gobiernos de Argentina y Brasil, la iniciativa se presenta como un ejemplo de colaboración regional y visión estratégica compartida. La concreción de este proyecto no solo fortalecerá la seguridad energética de los países involucrados, sino que también sentará las bases para una mayor cooperación en materia de infraestructura y desarrollo en el Mercosur.
Paraguay impulsa la construcción de un gasoducto que llevará el gas de Vaca Muerta a Brasil
El gobierno paraguayo, liderado por Santiago Peña, está dando pasos firmes para convertir al país en un hub energético regional. La iniciativa busca aprovechar la sinergia entre Argentina y Brasil en torno al gas proveniente de Vaca Muerta. En este contexto, Paraguay se posiciona estratégicamente para ofrecer una alternativa viable al Gasbol, el gasoducto que conecta Bolivia con Brasil, proponiendo la construcción de un nuevo conducto que atraviesa su territorio.