El Pachón es considerado uno de los recursos de cobre sin desarrollar más grandes del planeta. La minera suiza destacó que el yacimiento contiene unas 6.000 millones de toneladas de mineral con una ley promedio de 0,43%, una escala que permite planificar un desarrollo progresivo en múltiples etapas productivas.
Según la presentación corporativa, la operación inicial se diseñó para procesar 185.000 toneladas por día (ktpd). Esta capacidad podría expandirse posteriormente a 270 o incluso 360 ktpd a través de uno o dos incrementos modulares, dependiendo de las condiciones de mercado y de las decisiones de inversión.
En el escenario de máxima escala —360 ktpd— Glencore proyecta una producción promedio cercana a las 625.000 toneladas de cobre por año durante la primera década de operación. De concretarse, El Pachón se ubicaría entre los principales proyectos cupríferos emergentes a nivel global.
La compañía también anticipó que incorporará un socio estratégico de capital para “dimensionar adecuadamente los riesgos”. En la industria minera, este tipo de alianzas es habitual en proyectos de alto Capex, tanto para diversificar exposición financiera como para sumar capacidades técnicas y comerciales.
El informe presentado a accionistas estimó un gasto de capital inicial de entre US$ 8.500 millones y USD 10.500 millones para la primera fase del proyecto. El rango refleja la complejidad logística y tecnológica que implica desarrollar una mina de cobre en alta montaña con infraestructura asociada de gran escala.
La hoja de ruta de Glencore comienza con la expectativa de que el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) quede aprobado para El Pachón en el primer semestre de 2026. A partir de allí, se avanzará con estudios de viabilidad económica y técnica que desembocarán en la decisión final de inversión hacia fines de la década.
El anuncio coincidió con otra novedad relevante: Glencore confirmó el reinicio de la operación de Alumbrera, en Catamarca. Ese paso es considerado fundamental para el eventual desarrollo de Agua Rica (MARA), cuyo horizonte de producción se proyecta para 2031.
La compañía subrayó que Argentina tiene el potencial para ubicarse entre los mayores productores de cobre del mundo en los próximos años. La combinación de yacimientos de gran escala, nuevos marcos regulatorios y creciente demanda global por minerales críticos sustenta esta visión estratégica.
En su comunicación, Glencore elogió el nuevo marco de inversiones impulsado por el gobierno nacional. Afirmó que el RIGI “ha cambiado sustancialmente el panorama de inversión” al ofrecer certidumbre jurídica, beneficios fiscales, reglas claras y apoyo regulatorio para proyectos de larga maduración.
La firma también remarcó que cuenta con un “equipo experimentado” preparado para llevar tanto El Pachón como el proyecto MARA a la decisión final de inversión y al desarrollo, consolidando una posición de liderazgo en el renacimiento cuprífero argentino.
Para San Juan, el anuncio constituye una señal de fuerte respaldo a su política minera. La provincia viene promoviendo la diversificación de su matriz productiva y busca posicionarse como un polo relevante dentro de la transición energética global.
Si el cronograma se cumple, El Pachón se convertirá en uno de los proyectos mineros más importantes en la historia argentina, con capacidad para atraer inversión extranjera directa, generar miles de empleos y dinamizar cadenas de proveedores locales durante varias décadas.
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