La CNEA inició su colaboración antártica en 2014, marcando su presencia con sistemas fotovoltaicos en las bases Carlini y Marambio, así como en el Refugio Elefante. La instalación de estos sistemas no solo representa un avance en la adopción de energía renovable en la región, sino que también contribuye a la preservación del medio ambiente al reducir la dependencia de combustibles fósiles y disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero.
El Departamento de Energía Solar de la CNEA, a través de acuerdos con la Fuerza Aérea y la Dirección Nacional del Antártico, ha desempeñado un papel crucial en este proceso. Desde la instalación del primer sistema en la Base Marambio en diciembre de 2014, la expansión de infraestructuras solares ha sido constante. En 2020, se añadió un sistema en el Refugio Elefante, destinado a la observación de fauna, y en el año anterior, otro en la Base Carlini.
El próximo paso de esta iniciativa será la instalación de un sistema "aislado" en la Isla Vega, ubicado estratégicamente a 60 kilómetros de la Base Marambio y cerca del glaciar Bahía del Diablo. Este sistema no solo contará con paneles solares, sino también con baterías para almacenar energía, permitiendo su utilización en momentos de escasa radiación solar.
El refugio en la Isla Vega, utilizado para estudios de glaciología por la dotación científica de la Antártida Argentina, dejará de depender de generadores diésel gracias a esta nueva instalación fotovoltaica. Además, se espera que el silencio generado al eliminar el ruido de los generadores contribuya a un entorno más propicio para la observación de la fauna circundante.
Hernán Socolovsky, jefe del Departamento de Energía Solar de la CNEA, expresó que estas instalaciones forman parte de un proyecto de inversión pública (BAPIN) desde 2024. "Esperamos que durante la ejecución de este proyecto se continúe aumentando el uso de fuentes de energía renovables en las bases antárticas, disminuyendo así la emisión de dióxido de carbono a la atmósfera. Además, tener instalaciones solares en regiones polares nos permite conocer cuál es la eficiencia de los paneles solares que trabajan a bajas temperaturas, entre otros datos científicos", afirmó Socolovsky. Con esta nueva implementación, la CNEA reafirma su compromiso con la investigación científica sostenible en uno de los entornos más desafiantes del planeta.
Con la conmemoración de una década de servicio continuo del primer sistema instalado en la Base Marambio, se evidencia la durabilidad y eficacia de las tecnologías solares en condiciones adversas. La persistencia de estas instalaciones a lo largo de los años, generando energía limpia y renovable, marca un hito en la exploración de soluciones sostenibles para entornos extremos. La CNEA, a través de este proyecto, no solo ilustra su liderazgo en la investigación científica en la región antártica, sino que también establece un valioso precedente para la adopción global de energías renovables en condiciones climáticas extremas.
Instalan el 4° sistema de energía solar en la Isla Vega (para impulsar estudios científicos en la Antártida)
En el marco del décimo aniversario de su colaboración con la Antártida, la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) continúa fortaleciendo su compromiso con fuentes de energía sostenible en la región polar. La última iniciativa consiste en la instalación de un cuarto sistema fotovoltaico en la Isla Vega, contribuyendo así al impulso de estudios de glaciología.