Uno de los principales impulsores de este descenso ha sido la mayor disponibilidad de gas proveniente de Vaca Muerta, junto con la creciente incorporación de energías renovables en la matriz energética nacional. Este cambio en la composición del suministro energético ha permitido que la industria energética argentina se adapte a las tendencias globales hacia una menor dependencia de combustibles fósiles y una mayor apuesta por fuentes más limpias y sostenibles.
Según el informe de la consultora Economía y Energía, la tendencia a la baja en las emisiones del sector energético se viene observando desde el año 2016, con una caída acumulativa del 3,1% anual. Aunque el año 2020 fue atípico debido a las circunstancias derivadas de la pandemia del COVID-19, este descenso se mantuvo, demostrando una trayectoria claramente declinante.
Dentro del sector energético, las emisiones de CO2 están principalmente asociadas a las actividades de quema de combustibles, tanto en la generación eléctrica como en la refinación, así como en el transporte y el uso comercial y doméstico de servicios energéticos. La mayor utilización de gas natural y la creciente presencia de fuentes renovables en la generación eléctrica han sido los factores clave en la reducción de estas emisiones.
A pesar de estos avances, el informe también destaca la necesidad de seguir trabajando en la reducción de emisiones en otros sectores, como el agropecuario y de residuos. En el caso del sector ganadero, si bien se observa un estancamiento en el nivel de emisiones en los últimos años debido a la contracción del stock ganadero, aún representa una parte significativa del total de emisiones del país. Asimismo, las emisiones provenientes del sector de residuos continúan en aumento, lo que subraya la importancia de implementar políticas y medidas para abordar este problema.
La reducción de las emisiones de gases contaminantes en la industria energética argentina es un paso importante hacia un modelo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Sin embargo, es necesario continuar impulsando acciones que permitan seguir avanzando en esta dirección y abordar los desafíos que aún persisten en otros sectores de la economía.
La contribución de Vaca Muerta y las energías renovables no solo ha generado una disminución en las emisiones de CO2, sino que también ha impulsado el desarrollo económico y tecnológico en el país. El gasoducto Néstor Kirchner, en particular, ha desempeñado un papel fundamental al facilitar el transporte y la distribución del gas producido en Vaca Muerta, lo que ha permitido su integración más efectiva en la matriz energética nacional y ha potenciado su desarrollo a gran escala.
Además, la reducción de las emisiones en el sector energético argentino refleja un compromiso con los objetivos internacionales en materia de cambio climático y sostenibilidad ambiental. Este logro demuestra que es posible combinar el crecimiento económico con la protección del medio ambiente, sentando así un importante precedente para otros países que buscan transitar hacia una economía más verde y resiliente ante los desafíos climáticos globales. Sin embargo, es crucial mantener el impulso y continuar implementando políticas y acciones que promuevan una transición hacia un modelo energético más limpio y sostenible, garantizando así un futuro más próspero y equitativo para las generaciones venideras.
Vaca Muerta y renovables: reducción histórica de emisiones en la Industria Energética Argentina
Las emisiones de gases contaminantes provenientes del sector energético argentino han experimentado una disminución significativa, según revela el último informe presentado por el Quinto Informe Bienal de Actualización de la República Argentina (IBA 5) ante la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Esta reducción, que se traduce en una disminución del 7% en la participación del sector en las emisiones totales del país, marca un hito importante en la lucha contra el cambio climático.
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