“Nuestra inversión principal es el real estate, a través de IRSA, y los campos, con Cresud, pero creo que la mejor defensa frente a la inflación infinita o la hiperinflación es tener un activo real, que no se imprime”, señaló Elsztain durante su participación en el Foro Abeceb 2025.
La visión del empresario se remonta a dos décadas atrás. En 2002, en plena crisis económica y política en la Argentina, definió su estrategia de diversificación hacia los metales preciosos. Hoy, esa apuesta se materializa con AustralGold, operadora de la mina Casposo y cotizante en la bolsa australiana, y con Challenger Gold, además de inversiones en Argenta Silver, Unico Silver y Sendero Resources.
La mina Casposo, ubicada en el departamento Calingasta, retomó su actividad en octubre con una producción estimada de entre 4.000 y 6.000 onzas equivalentes en el último trimestre del año. Según proyecciones de AustralGold, los costos operativos oscilarán entre US$ 1.700 y US$ 1.900 por onza, en un contexto de precios internacionales que rondan los US$ 3.668 por onza, sin retenciones a la exportación.
Elsztain argumentó que su apuesta por los metales preciosos se sustenta en una tendencia global: “Hay un movimiento muy fuerte en las finanzas internacionales; los grandes bancos centrales están acumulando mayores reservas en oro. Cuanto más se emite para dar liquidez al sistema, más crece la necesidad de respaldarse en activos que no se pueden reproducir por decreto”, explicó.
El empresario sostuvo que la inflación no es un fenómeno transitorio ni local, sino una dinámica estructural que se observa tanto en economías desarrolladas como emergentes. “El ciclo de expansión monetaria actual es el más largo que hemos vivido. En Argentina, los activos reales nos permitieron resistir la inflación, y creemos que seguirá creciendo”, afirmó.
Su mirada sobre la minería argentina es optimista. “Tenemos la misma formación geológica que Chile, que lleva décadas desarrollando su industria minera. Nosotros estamos empezando ahora, pero lo que está pasando es fuerte para el país. Ya se presentaron proyectos bajo el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) y van a llegar capitales muy importantes”, anticipó.
Según datos oficiales, Argentina exportó minerales por US$ 557 millones en septiembre, alcanzando US$ 4.213 millones en los primeros nueve meses de 2025, un récord histórico para el período enero-septiembre. De ese total, US$ 2.911 millones correspondieron al oro y US$ 510 millones a la plata, lo que confirma el peso del sector metalífero en las exportaciones mineras nacionales.
Elsztain considera que el país atraviesa un punto de inflexión. “Hasta hace poco la minería era un sector apagado. Ahora hay una combinación de factores políticos, financieros y tecnológicos que abren una oportunidad única. Creo que vendrán inversores extranjeros, pero también inversiones locales que impulsarán la producción y el empleo”, remarcó.
Desde AustralGold señalaron que el reinicio de Casposo implicó una inversión significativa en infraestructura, mantenimiento y recuperación de áreas productivas. La compañía proyecta un plan de expansión gradual para los próximos años, con foco en la eficiencia operativa y la exploración de nuevos recursos.
Para Elsztain, la minería no solo es una cobertura frente a la inflación, sino también una apuesta por el desarrollo productivo argentino. “Hay una gran oportunidad para transformar recursos naturales en activos estratégicos. El oro, la plata y el litio son la nueva frontera de crecimiento del país”, concluyó.
Con su presencia en los sectores inmobiliario, agropecuario y minero, Eduardo Elsztain consolida un modelo de inversión diversificada basado en activos tangibles y de largo plazo, alineado con su convicción de que, en tiempos de incertidumbre monetaria, los activos reales son el refugio más sólido del valor.

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