Durante el año pasado, el sector hidrocarburífero nacional movilizó 12.800 millones de dólares, con una marcada orientación hacia el desarrollo no convencional, principalmente el shale oil. Este tipo de petróleo no convencional lideró el crecimiento de la actividad, en un contexto de transformación del mapa energético argentino.
El volumen total de inversiones representó un crecimiento del 10% respecto al año anterior. El incremento fue impulsado por el petróleo, que registró un alza del 21% interanual, mientras que el gas natural cayó un 39%. Esta diferencia evidencia una clara reconfiguración de las prioridades en el sector.
El foco de las inversiones se centró en la Cuenca Neuquina, donde se encuentra Vaca Muerta, la cual explicó el 78% del total nacional. Este dato ratifica el liderazgo de la región en la estrategia energética de Argentina y su papel como motor del desarrollo hidrocarburífero.
Del total invertido, el 77% se destinó al petróleo, mientras que el 23% restante fue dirigido al gas. Esta distribución refuerza la supremacía del crudo en las decisiones de inversión actuales, con un empuje sostenido por los altos niveles de productividad que ofrece el shale oil.
En contraste, el segmento convencional experimentó una fuerte retracción del 22%. Esta caída fue provocada por desinversiones en proyectos maduros, como el retiro de YPF del Proyecto Andes, así como la salida de otras operadoras de áreas con menor rendimiento económico.
La exploración, en general, también mostró una tendencia descendente. Solo el 4,5% del total invertido se asignó a esta actividad, una cifra que refleja la preferencia por desarrollar áreas ya en producción. En cuanto al offshore convencional, representó un 5,5% del total, con inversiones sostenidas gracias a proyectos iniciados años atrás.
Uno de los desarrollos destacados en el mar argentino es el Proyecto Fénix, ubicado en la Cuenca Marina Austral 1 (CMA-1), cuya finalización está prevista para fines de este año. También continúa la actividad sísmica relacionada con el Concurso Abierto 2018, que mantiene en movimiento parte del segmento costa afuera.
Del total de 12.830 millones de dólares invertidos, 9.893 millones se destinaron al petróleo y 2.585 millones al gas. Esta división consolida el dominio del crudo en la matriz de inversión energética actual, con una clara supremacía de los desarrollos en Vaca Muerta.
La provincia de Neuquén se ubicó a la cabeza del ranking de inversiones, con 9.700 millones de dólares. Muy por detrás quedaron Chubut, con 1.222 millones, y Santa Cruz, con 794 millones. Este liderazgo provincial reafirma la centralidad de Vaca Muerta en el esquema nacional.
De cara a 2025, Aleph Energy anticipa una profundización de la caída de inversiones en el segmento convencional. Algunas concesiones relevantes aún no cuentan con estimaciones de inversión, lo que genera incertidumbre sobre su futuro y refuerza el sesgo hacia el no convencional.
Las concesiones sin proyecciones claras incluyen áreas como Los Perales–Las Mesetas, Cañadón León–Meseta Espinosa y El Guadal–Loma del Cuy. Esta situación deja en evidencia una reorientación estructural de las inversiones hacia yacimientos más rentables y escalables, como los que ofrece Vaca Muerta.
El crecimiento del shale oil no convencional fue del 47% interanual, impulsado por mejoras en la infraestructura de evacuación de crudo, lo que permitió escalar la producción. En contraposición, la producción convencional de petróleo cayó un 28%, marcando una tendencia que parece consolidarse a largo plazo.
Vaca Muerta concentra el 76% de las inversiones hidrocarburíferas en Argentina
Vaca Muerta reafirma su posición como el epicentro energético del país al captar tres de cada cuatro dólares invertidos en exploración y producción de hidrocarburos durante 2024. Según un informe de Aleph Energy, basado en datos oficiales de la Secretaría de Energía, la formación neuquina absorbió el 76% del total de las inversiones en el segmento upstream.