El eje central de la construcción se concentra en cinco tanques gigantes, cada uno con capacidad para almacenar 120.000 m3 de petróleo. Estas estructuras, comparables en tamaño a la cancha de River, representan el corazón logístico del plan y podrían ampliarse a seis en caso de que la demanda lo requiera.
Las tareas en ejecución abarcan excavaciones, fundaciones y soldaduras de piso. La empresa nacional Milicic y la internacional CB&I, considerada una de las mayores constructoras de tanques del mundo, tienen a su cargo esta primera etapa, que marcará el ritmo de avance del complejo.
En paralelo progresa el tendido del Oleoducto Vaca Muerta Sur. El tramo inicial entre Allen y Chelforó ya fue concluido, mientras que actualmente se trabaja en la soldadura de caños en el sur de la provincia de Río Negro. Este ducto tendrá una extensión total de 437 km, conectando la cuenca neuquina con la terminal marítima.
La magnitud del proyecto demanda una logística internacional. En los próximos meses arribarán al puerto de San Antonio Este cuatro barcos con el acero necesario para completar la construcción de los tanques. El primero de ellos está previsto para septiembre.
Además, antes de fin de año llegarán los caños destinados a Fuerte Argentino, al sur de Las Grutas. Ese punto será clave en el esquema de conexión con el buque licuefactor Hilli Episeyo, pieza central del plan Argentina LNG, liderado por Pan American Energy, YPF y Golar LNG.
El cronograma ya está definido. El puerto petrolero de VMOS tiene programado su inicio de operaciones hacia fines de 2026 y alcanzará su capacidad plena en 2027. Estas metas consolidan la apuesta de la industria en un nodo que cambiará la escala de exportación del país.
El diseño del complejo incluye la construcción de dos estaciones de bombeo y la colocación de dos monoboyas a 8 km de la costa. Este sistema permitirá la operación con buques tipo VLCC, los cargueros más grandes del mundo, con capacidad de transportar hasta 2 millones de barriles de crudo.
La elección de Punta Colorada respondió a un análisis estratégico. La posibilidad de recibir barcos de gran porte inclinó la decisión frente a Bahía Blanca, otorgando a Río Negro un rol central dentro del esquema exportador de hidrocarburos.
El nodo de Allen también se integra al plan. En esa localidad se levantan tanques de menor tamaño junto a la cabecera de bombeo de Oleoductos del Valle (Oldelval), lo que permitirá redirigir producción tanto hacia Puerto Rosales como hacia Ensenada.
El avance de VMOS no solo implica obras de infraestructura, sino también un cambio de paradigma en la matriz energética argentina. La exportación directa desde la Patagonia reduce costos logísticos y amplía las posibilidades de inserción en los mercados internacionales.
Para Vaca Muerta, este proyecto representa la consolidación de su perfil exportador. La producción neuquina tendrá un acceso más ágil a las rutas marítimas globales, lo que promete un impacto significativo en la generación de divisas y en la proyección económica del país.
Con un 10% de las obras ya ejecutadas, la construcción del puerto petrolero de Vaca Muerta Sur abre una nueva etapa para la región. Río Negro se posiciona como un punto neurálgico para el desarrollo energético argentino y como la puerta de salida al mundo del crudo producido en la cuenca neuquina.
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