La presentación se realizó bajo la categoría de Proyectos de Exportación Estratégica de Largo Plazo (PEELP) y contempla la integración de los yacimientos Josemaría y Filo del Sol, dos de los depósitos de cobre, oro y plata más relevantes de la región.
La clave de la adhesión al RIGI radica en la necesidad de contar con un marco jurídico estable y de largo plazo que permita sostener una inversión de múltiples décadas y desarrollada por etapas, una condición indispensable para proyectos mineros de esta escala.
Ron Hochstein, CEO de Vicuña, destacó que la solicitud “refleja tanto la magnitud de la inversión requerida como la confianza de la compañía en la Argentina como socio estratégico de largo plazo”, y subrayó que el régimen ofrece previsibilidad para un desarrollo responsable y con beneficios económicos compartidos.
Si bien la empresa no oficializó cifras definitivas, el ministro de Minería de San Juan, Juan Pablo Perea, estimó que la inversión total se ubicaría entre US$ 12.000 y US$ 15.000 millones, un monto sin precedentes para un proyecto productivo greenfield en el país.
Esa cifra ya había sido anticipada por ejecutivos de la compañía como “la mayor inversión extranjera directa de la historia argentina”, superando ampliamente los antecedentes de proyectos mineros y energéticos desarrollados hasta el momento.
La categoría PEELP del RIGI implica compromisos mínimos de inversión significativos. En este caso, Vicuña deberá desembolsar al menos US$ 2.000 millones en las primeras dos etapas, con un piso obligatorio del 20% —unos US$ 400 millones— dentro de los primeros dos años.
El Proyecto Vicuña integra depósitos ubicados en la alta cordillera sanjuanina, en cercanías del límite con Chile. Aunque Filo del Sol es de carácter binacional, la empresa aclaró que todas las inversiones amparadas por el RIGI se ejecutarán exclusivamente en territorio argentino.
El RIGI ofrece beneficios clave para este tipo de desarrollos: reducción del Impuesto a las Ganancias, alivio en retenciones, exención de derechos de importación, mejoras en el esquema de IVA, estabilidad fiscal por 40 años y acceso a arbitraje internacional.
Desde el punto de vista técnico, la cercanía entre Josemaría y Filo del Sol permitirá economías de escala, infraestructura compartida y una optimización sustancial de costos, uno de los factores que explica la viabilidad económica del proyecto integrado.
Vicuña avanza actualmente en estudios técnicos y ambientales, con el objetivo de presentar un informe integrado durante el primer trimestre de 2026, paso clave para definir el cronograma definitivo de construcción.
Con esta presentación, San Juan refuerza su posición como epicentro del nuevo ciclo minero argentino, liderando en cantidad y magnitud de proyectos ingresados o en proceso de adhesión al RIGI.
La postulación de Vicuña se suma a la de Glencore por El Pachón, con una inversión proyectada de US$ 9.500 millones, y al proyecto Los Azules, ya aprobado por US$ 2.700 millones, elevando la cartera minera sanjuanina por encima de los US$ 25.000 millones.
Para la industria, el avance de estos megaproyectos marca un punto de inflexión: Argentina comienza a posicionarse en el mapa global del cobre, con potencial para generar divisas sostenidas, empleo de calidad y un nuevo perfil exportador de largo plazo.
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