La firma del crédito está prevista para este viernes, y se espera que el desembolso ingrese al país antes de que finalice junio. La operación llega en un momento clave para la economía argentina, ya que permitirá sumar reservas al Banco Central, fortaleciendo la estabilidad financiera. Además, se prevé una emisión adicional de US$ 400 millones en el mercado de capitales local durante el próximo año para completar el financiamiento del proyecto.
El oleoducto VMOS recorrerá 525 kilómetros desde Añelo, en el corazón de Vaca Muerta (Neuquén), hasta Punta Colorada, en la costa atlántica de Río Negro. Allí se construirá una nueva terminal de exportación, diseñada para operar buques de gran calado. Esta obra, con una inversión total superior a los US$ 2.500 millones, busca duplicar la capacidad de evacuación de petróleo desde la cuenca neuquina.
El consorcio empresarial está integrado por YPF, Chevron, Shell, Vista, Pluspetrol, Pan American Energy y Pampa Energía, las compañías más activas en el desarrollo de Vaca Muerta. Esta alianza refuerza el carácter estratégico del proyecto y consolida una coalición que apunta a posicionar al país como un jugador relevante en el mercado energético global.
Entre las entidades financieras que participan del préstamo figuran Citi, Deutsche Bank, Itaú, JP Morgan y Santander, junto a otros bancos que elevarían a 15 el total de instituciones involucradas. El crédito tendrá un plazo de cinco años, con una tasa atada al índice SOFR y un spread considerado “competitivo” por fuentes del sector, que anticipan un costo total inferior al 10% anual.
Desde el Gobierno celebran la operación como una herramienta concreta para robustecer las reservas internacionales. Parte del financiamiento será convertida en pesos en el mercado cambiario, mientras que otra porción se utilizará para importaciones estratégicas vinculadas a la obra. En ambos casos, habrá impacto positivo en la balanza cambiaria y en la estabilidad macroeconómica.
El objetivo final del VMOS es aumentar de forma escalonada las exportaciones de crudo a partir de 2027 y alcanzar un flujo anual de US$ 15.000 millones desde 2028. Esta cifra representaría un impulso clave a la balanza comercial energética del país y consolidaría a Vaca Muerta como uno de los pilares del desarrollo económico argentino.
La infraestructura incluye estaciones de bombeo, instalaciones de almacenamiento y un polo de exportación en Punta Colorada. Esta terminal permitirá operar buques VLCC (Very Large Crude Carriers), optimizando los costos logísticos y mejorando la competitividad del crudo argentino en mercados como Asia.
Voceros del sector destacaron que no existe antecedente reciente de un crédito privado de este volumen para una obra de infraestructura energética. En un contexto marcado por las restricciones al crédito externo, la operación se interpreta como una señal de confianza de los mercados internacionales hacia la economía argentina y su potencial energético.
El modelo de financiamiento mixto —con participación de capitales privados locales y crédito internacional— podría replicarse en futuros proyectos estratégicos, como los previstos bajo el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI). Sectores como la minería o el GNL podrían beneficiarse de esta modalidad.
La construcción del oleoducto comenzó en enero y ya presenta avances visibles, como movimiento de suelos, instalación de caños y la primera soldadura, que se realizó recientemente cerca de Chelforó, en Río Negro, utilizando tecnología de última generación. Las obras avanzan con el acompañamiento de contratistas nacionales e internacionales.
Según proyecciones de YPF, el oleoducto podrá transportar hasta 550.000 barriles diarios desde 2027, con capacidad de expansión hasta los 700.000. Esto lo convierte en una pieza central para el crecimiento sostenido de la producción y las exportaciones de shale oil, donde Vaca Muerta ocupa el cuarto lugar mundial en reservas.
Horacio Marín, presidente de YPF, proyectó que Argentina podría exportar hasta US$ 30.000 millones anuales en hidrocarburos hacia 2031 —15.000 millones en GNL y otros 15.000 millones en petróleo—. Esa cifra, sumada a los actuales saldos exportables, alcanzaría los USD 40.000 millones, un monto que equivale al ingreso de divisas del campo en un buen año y que podría representar una solución estructural al déficit de dólares del país.
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