Según un informe de la consultora OilProduction Consulting, entre 2013 y 2023, las reservas comprobadas de petróleo en Argentina aumentaron un 28,8%, alcanzando los 477,270 millones de metros cúbicos (Mm3). En cuanto al gas, el crecimiento fue del 48,5%, llegando a los 487,472 millones de metros cúbicos (MMm3).
Este incremento estuvo directamente vinculado con la actividad en Vaca Muerta, que consolidó a Neuquén como la provincia con mayores reservas de crudo, acumulando 250,103 MMm3, lo que representa el 52,4% del total nacional. Chubut y Santa Cruz le siguen en importancia, con un 31,6% y un 8,2% respectivamente. A nivel de cuencas, la Cuenca Neuquina concentra el 58,3% de las reservas, seguida por la Cuenca del Golfo San Jorge con el 39,4%.
En el caso del gas, Neuquén también lidera con 360,290 MMm3, equivalente al 73,9% del total nacional. Otras provincias con participación destacada en reservas gasíferas son Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego. En términos de distribución por cuencas, la Cuenca Neuquina representa el 75,4% de las reservas de gas, mientras que la Cuenca Austral suma un 15,9%.
El sector de los hidrocarburos en Argentina está dominado por un grupo reducido de empresas. En el área gasífera, cuatro grandes jugadores (Total Austral, Tecpetrol, Pan American Energy e YPF) concentran más del 76% de las reservas. La situación en el sector petrolero también muestra una fuerte concentración, con Pan American Energy e YPF controlando casi el 67% de las reservas.
El impacto de Vaca Muerta también se refleja en la transición del sector hacia la explotación de recursos no convencionales. Mientras que las reservas convencionales han mostrado un descenso significativo, el shale oil y el shale gas han crecido de manera exponencial. Entre 2017 y 2023, las reservas convencionales de petróleo cayeron un 23,2%, mientras que las de gas disminuyeron un 42,3%.
Por otro lado, las reservas no convencionales experimentaron un crecimiento explosivo. En el caso del shale oil, pasaron de 21,101 MMm3 en 2017 a 246,806 MMm3 en 2023, lo que representa un aumento del 1.070%. En cuanto al shale gas, la suba fue del 208%, pasando de 112,700 MMm3 a 347,354 MMm3 en el mismo período.
A pesar de estos logros, el desarrollo de Vaca Muerta enfrenta desafíos estructurales que podrían frenar su crecimiento. La falta de infraestructura adecuada para el transporte y procesamiento de hidrocarburos es una de las principales limitaciones. Sin una expansión en este aspecto, el potencial del yacimiento podría verse restringido en los próximos años.
Otro obstáculo es el acceso a financiamiento. La inestabilidad económica del país ha dificultado la llegada de inversores, lo que afecta la capacidad de las empresas para realizar nuevas exploraciones y aumentar la producción. Sin embargo, la magnitud de los recursos en Vaca Muerta sigue atrayendo el interés de grandes jugadores del sector.
El auge de Vaca Muerta ha transformado la matriz energética argentina, permitiendo una mayor autosuficiencia y abriendo posibilidades de exportación. Con el desarrollo adecuado de infraestructura y un contexto económico más estable, el yacimiento podría consolidarse como una de las principales fuentes de energía de América Latina en las próximas décadas.
El auge de Vaca Muerta: Argentina multiplica sus reservas energéticas
En la última década, Argentina ha experimentado un crecimiento sin precedentes en sus reservas de hidrocarburos, impulsado por el desarrollo del shale en Vaca Muerta. Mientras que las cuencas convencionales registraban un declive, el yacimiento neuquino se convirtió en el motor de la expansión petrolera y gasífera del país.
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