Previamente, la estadounidense Exxon y la malasia Petronas también habían vendido activos en la formación neuquina. Los compradores locales Pluspetrol y Vista pagaron valores elevados en esas operaciones, pero ahora enfrentan una baja del 15% en el precio del barril, que pasó de US$ 80 a US$ 65 en un año.
Mientras las grandes compañías ajustan sus operaciones, las firmas más pequeñas atraviesan graves problemas financieros. Petrolera Aconcagua Energy (PAESA), creada en 2016 por los ex YPF Javier Basso y Diego Trabucco, entró en default y negocia la reestructuración de una deuda cercana a los US$ 230 millones. El acuerdo prevé que sus nuevos dueños sean Vista, Trafigura y Pablo Iuliano, también exYPF.
Otra empresa de menor escala, President Petroleum (PP), directamente solicitó su propia quiebra. La compañía, que meses atrás se había presentado en concurso de acreedores, acumulaba a fines de 2024 una deuda de US$ 61,1 millones, de los cuales US$ 48 millones eran de corto plazo.
PP es controlada por una firma británica vinculada al empresario Peter M. Levine, quien firmó la carta enviada a la Comisión de Valores informando la decisión de la Asamblea de Accionistas de presentar la quiebra ante el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Comercial N° 23.
En el acta, los accionistas señalaron que la medida fue inevitable. “A lo largo de este año la sociedad ha sido golpeada por numerosos sucesos imprevistos que han conducido a la situación actual. Los directores y la gerencia han luchado por mantenerla operativa, pero habiendo perdido el capital de trabajo, y habiendo experimentado costos y gastos significativos imprevisibles y una reducción de ingresos, resulta imposible continuar”, indicaron.
La empresa aclaró que decidió efectuar la presentación antes de que su única operación rentable, Puesto Flores, detuviera totalmente la producción, lo que habría generado un impacto económico y financiero mayor. Ese yacimiento convencional se encuentra en Río Negro, donde la compañía también posee las concesiones Puesto Prado y Las Bases. Además, cuenta con el área Puesto Guardián en Salta.
Según el comunicado, PP agotó “todas las instancias de negociación y alternativas legales para evitar la insolvencia”. La presentación en concurso preventivo “no ha resultado suficiente para revertir la situación, encontrándose la sociedad en una situación de insolvencia definitiva”.
La calificadora de riesgo Fix SCR, afiliada a Fitch Ratings, había advertido a fines de 2024 que los costos por barril de PP estaban “muy por encima de la industria”, lo que hacía inviable económicamente a la empresa.
El informe también señalaba que para aumentar su producción, PP necesitaba un plan de inversiones significativo. Sin embargo, su estado concursal dificultaba la generación de los flujos necesarios para financiarlo, y solo una rápida resolución de esa situación o un aporte de capital de los accionistas podía revertir el panorama.
Ese escenario nunca se concretó y la compañía quedó sin margen de maniobra, reflejando las dificultades que enfrentan las operadoras pequeñas frente a la volatilidad de precios y las necesidades de inversión que exige la explotación hidrocarburífera.
El contexto actual en Vaca Muerta muestra una tendencia: las multinacionales venden activos para redirigir capitales hacia otras áreas estratégicas, mientras que las firmas locales, especialmente las más pequeñas, se ven presionadas por los costos, la caída del precio del crudo y el acceso limitado a financiamiento.
Con operaciones de gran escala concentrándose en manos de jugadores locales como YPF, Pluspetrol y Vista, el futuro inmediato del sector dependerá de la capacidad de estas compañías para sostener inversiones y adaptarse a un mercado global cada vez más competitivo.
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