Según Prior, IMARC se consolida como un espacio clave para las sinergias entre ambos continentes, no solo en minería sino también en educación, infraestructura y tecnologías aplicadas. La directiva destacó que la representación latinoamericana crece año a año y que la Argentina volvió a despertar interés entre los inversores australianos.
Para ALABC, Argentina es hoy uno de los principales socios a desarrollar en la región. Prior adelantó que el organismo trabaja para llevar una delegación oficial al país en 2026, con el objetivo de ampliar acuerdos comerciales y explorar nuevas oportunidades de inversión.
La visión australiana acerca del potencial argentino se sustenta en su estabilidad macroeconómica reciente y en el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), que —según Prior— “fue un factor importante para que más compañías miren hacia Argentina con interés renovado”.
La ejecutiva remarcó que las empresas mineras y tecnológicas de Australia mantienen históricamente una apertura global y una amplia experiencia exportadora. En ese marco, América Latina aparece como un territorio natural para expandir cadenas de valor.
La conexión entre ambos países no es reciente: compañías como BHP, Rio Tinto, South32 y Worley trabajan desde hace décadas en Argentina, donde han consolidado presencia operativa y vínculos con proveedores locales.
Uno de los mayores focos de oportunidad se encuentra en el sector METS —fabricantes de equipos, tecnología y servicios mineros—. Prior afirmó que existe una demanda creciente en el país y que aún no hay suficientes empresas para cubrirla. Por eso considera clave crear alianzas entre firmas australianas y argentinas que potencien producción local y transferencia tecnológica.
El ámbito académico aparece como otro eje de cooperación. Universidades australianas están ampliando su presencia en Sudamérica con programas de investigación aplicada en minería, energías verdes e infraestructura. Para ALABC, el intercambio educativo es un motor estratégico para la innovación y el desarrollo de talento.
Prior destacó que la región ofrece un terreno fértil para la investigación colaborativa y que Argentina ya es parte de proyectos en expansión vinculados a litio, sustentabilidad y nuevas tecnologías.
La CEO también señaló que Australia y Argentina comparten desafíos ambientales y climáticos similares, especialmente en materia de gestión del agua, un tema crítico para el desarrollo minero de ambos países. En este punto, resaltó que la experiencia australiana en infraestructura puede ser “perfectamente transferible”.
Empresas y organismos australianos ya participan en iniciativas de ingeniería, transporte, energía y manejo de recursos hídricos en distintos países latinoamericanos, y ALABC considera que la Argentina es un destino prioritario para profundizar ese trabajo.
Para Prior, las coincidencias estructurales entre ambos países —poblaciones relativamente pequeñas, abundancia de recursos naturales y fuertes desafíos ambientales— abren la puerta a una cooperación más profunda en múltiples áreas.
Durante IMARC, ALABC reforzó su mensaje de bienvenida a las empresas latinoamericanas y llamó a consolidar vínculos bilaterales que impulsen desarrollo sostenible, innovación tecnológica y expansión de inversiones.
El organismo también puso el foco en la importancia del momento geopolítico actual, donde la demanda global por minerales críticos y soluciones energéticas acelera la necesidad de cooperación entre países con experiencia minera.
Con miras a 2026, ALABC anticipa una agenda más activa en la Argentina, con mayor presencia institucional, misiones comerciales y trabajo conjunto para impulsar proyectos en minería, tecnología y educación. Para Prior, “las oportunidades están maduras y el fortalecimiento de los vínculos es un objetivo estratégico compartido”.