Durante una visita a Buenos Aires, Béatrice Foucher, CEO mundial de DS en ese momento, planteó un dilema: ¿deben los países tener autos eléctricos antes de construir la infraestructura de carga o viceversa? La ejecutiva francesa destacó que la facilidad de carga de autos eléctricos depende de la disponibilidad de puntos de recarga, algo que plantea un desafío para naciones como Argentina.
La infraestructura eléctrica doméstica también es motivo de cuestionamiento. Mientras una casa consume de media alrededor de 200 kWh al mes, la batería de un Ford Mustang Mach-E, el último modelo eléctrico presentado, tiene una capacidad de 91 kWh. Esto plantea desafíos en la carga residencial, ya que podría representar un aumento considerable en la factura eléctrica mensual.
Aunque cargar un auto eléctrico en casa sigue siendo más económico que llenar el tanque de combustible, el alto costo de los vehículos eléctricos en Argentina presenta un obstáculo adicional. La falta de una ley de electromovilidad que incentiva la compra y la ausencia de regulaciones sobre tarifas eléctricas para cargar autos complican aún más la ecuación financiera. Con precios que superan los 100.000 dólares, los autos eléctricos se vuelven inaccesibles para muchos consumidores.
A pesar del crecimiento de parques eólicos en el país, las fuentes de energía renovable aún representan menos del 15% del total. Esto plantea la paradoja de que, incluso si aumenta la adopción de autos eléctricos, gran parte de la electricidad provendrá de combustibles fósiles. La movilidad sustentable en Argentina enfrenta un desafío fundamental: ¿realmente se está reduciendo la huella de carbono al cambiar a autos eléctricos?
Toyota, defensor de la movilidad combinada, destaca la eficiencia de los autos híbridos, como el icónico Prius. La capacidad de la batería de un Prius (1.3 kWh) contrasta significativamente con las baterías de autos eléctricos, planteando la pregunta crucial: ¿es más eficiente tener numerosos autos híbridos que consumen menos o invertir en autos eléctricos con mayor demanda de electricidad?
La falta de una política integral que impulse la movilidad eléctrica, desde beneficios para los usuarios hasta la creación de un ecosistema de producción, deja a Argentina en una encrucijada. Con vastas reservas de litio, el país podría basar una política de movilidad sustentable en este, creando oportunidades económicas más amplias que trascienden la simple elección entre autos eléctricos y sin recurso eléctrico.
La transición hacia la movilidad eléctrica en Argentina va más allá de la compra de autos; requiere una visión integral y medidas concretas para asegurar la infraestructura y la sostenibilidad ambiental en el largo plazo.