Según Rocca, el mercado esperaba un escenario de paridad, pero “la clara victoria del oficialismo” reconfiguró la percepción sobre la sostenibilidad del plan económico y la continuidad de las reformas. Ese cambio de expectativas se apoyó —dijo— en el respaldo político y financiero de Estados Unidos.
El empresario subrayó que el nuevo clima redujo el riesgo país “en casi 400 puntos básicos” y empujó al alza a las acciones locales, mejorando la disposición de bancos y fondos a financiar iniciativas en Argentina. “En los últimos seis meses, las restricciones financieras condicionaron decisiones de inversión; ahora las compañías tendrán más acceso a crédito para desarrollos”, indicó.
En el frente energético, proyectó un incremento gradual de la inversión en activos de Vaca Muerta y un “impulso” a proyectos estructurales, mencionando como ejemplo la cadena de GNL. Hacia el primer trimestre prevé una mayor cantidad de equipos de perforación operando en el país y “más actividad durante 2026 y 2027” a medida que avancen reformas.
Rocca enmarcó el nuevo escenario en un objetivo: acelerar el desarrollo no convencional y sostener iniciativas de exportación, en un contexto en el que Argentina ya amplió volúmenes de crudo al exterior y busca escalar su oferta de gas.
En paralelo, la Asociación Empresaria Argentina (AEA), que integra Techint, expresó “satisfacción” por la jornada electoral y pidió aprovechar la oportunidad para avanzar en consensos que habiliten políticas de desarrollo económico y social sustentable.
El ejecutivo también reiteró un planteo industrial de fondo: “nivelar la cancha” frente a importaciones para proteger el tejido manufacturero y dar previsibilidad a las decisiones de inversión, en especial ante la competencia de productos de Asia.
Para el grupo Techint, el vector clave será la normalización del financiamiento: tasas más bajas, riesgo país contenido y reglas estables permitirían acelerar decisiones en upstream, midstream y proyectos industriales asociados, con foco en productividad y exportaciones.
Con esa combinación —mejores expectativas, mercado de capitales más receptivo y un pipeline de proyectos— Rocca considera que las condiciones están dadas para una nueva fase de inversión, siempre que se sostenga la agenda de reformas y la estabilidad macro.

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