En 2024, la balanza energética registró su segundo superávit en 14 años, alcanzando los 5.700 millones de dólares. Este resultado estuvo impulsado por las exportaciones de petróleo, que totalizaron 5.500 millones de dólares, reflejando la creciente importancia de los hidrocarburos en el comercio exterior.
El crecimiento del sector no se detendrá allí. Según un informe de la desarrolladora TBSA, liderada por Sebastián Cantero, la expansión de la infraestructura de transporte será un factor determinante. La construcción de nuevos gasoductos y oleoductos permitirá incrementar las exportaciones de petróleo crudo no convencional, fortaleciendo la presencia argentina en los mercados internacionales.
Las proyecciones indican que las exportaciones de combustibles crecerán significativamente en los próximos seis años. En 2024, alcanzarán los 10.400 millones de dólares, mientras que para 2030 se espera que la cifra ascienda a 36.700 millones de dólares. Este incremento consolidará a la industria como uno de los motores del crecimiento económico del país.
El aumento en la producción y exportación de hidrocarburos también tendrá un impacto en la balanza comercial. Las estimaciones indican que el superávit comercial pasará de 22.400 millones de dólares en 2024 a 41.800 millones de dólares en 2030, con un fuerte aporte del sector energético.
Además de fortalecer las exportaciones, se prevé una reducción progresiva en la importación de combustibles, especialmente de gas. El incremento en la producción local y las mejoras en la infraestructura permitirán disminuir la dependencia del gas importado, favoreciendo el equilibrio de la balanza energética.
El informe también destaca el papel del precio del petróleo en este crecimiento. Si se considera la proyección de la Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA), que estima un barril a 74 dólares en 2025, Argentina podría alcanzar exportaciones por 6.700 millones de dólares solo en ese año, superando en 1.200 millones de dólares el resultado de 2024.
Otro sector que experimentará un fuerte crecimiento es el minero. Las inversiones en litio, cobre, oro y plata llevarán las exportaciones mineras de 6.100 millones de dólares en 2024 a 15.600 millones de dólares en 2030, impulsando aún más el saldo comercial del país.
La expansión de Vaca Muerta y su infraestructura asociada no solo generará ingresos por exportaciones, sino que también abrirá nuevas oportunidades de inversión y empleo en la industria energética. La mejora en la conectividad entre los centros de producción y los mercados internacionales potenciará la competitividad argentina en el sector.
En el corto plazo, el panorama para 2025 también es alentador. Se espera que el año próximo marque un nuevo récord en la producción de petróleo, consolidando la tendencia de crecimiento iniciada en los últimos años.
El sector empresarial también está respondiendo a este impulso. Vista, una de las principales compañías del rubro, reportó ganancias por 93 millones de dólares en el cuarto trimestre de 2024, con un crecimiento anual del 25%. Estas cifras reflejan la solidez del sector y el impacto positivo del desarrollo de Vaca Muerta en la economía nacional.
Para garantizar la continuidad de este crecimiento, se están implementando medidas adicionales, como la creación de una unidad de seguridad privada para proteger los activos en la región. Esto busca resguardar las inversiones y brindar estabilidad a las operaciones en el yacimiento.
El desarrollo de Vaca Muerta representa una oportunidad estratégica para la Argentina. La combinación de mayores exportaciones, reducción de importaciones y mejoras en la infraestructura permitirá consolidar un sector energético más sólido, con un impacto positivo en la balanza comercial y el crecimiento económico del país en los próximos años.
Vaca Muerta: el crecimiento exportador impulsará la balanza comercial hasta 2030
Las proyecciones sobre el desarrollo de Vaca Muerta indican un fuerte impacto en la economía argentina durante los próximos años. Se estima que las exportaciones de combustibles alcanzarán los 36.700 millones de dólares en 2030, consolidando a Argentina como un actor clave en el mercado energético global.
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