La proyección de crecimiento es ambiciosa: la producción de Vaca Muerta tiene el potencial de triplicarse para el año 2030, escalando desde los actuales 51 mil m3 diarios a unos impresionantes 159 mil m3 al día. Este fenómeno, centrado principalmente en el petróleo, ya representa la mitad de la producción total, cifrada en 102 mil m3 diarios.
El consumo diario de energía en Argentina se sitúa en 75 mil m3, una cifra que, con la progresiva adopción de energías alternativas y limpias, podría mantenerse constante en el futuro. Esta estabilidad proyectada deja entrever un excedente exportable de petróleo proveniente de Vaca Muerta, añadiéndose al actual éxito en la exportación de gas del mismo origen.
Sin embargo, la prometedora realidad de Vaca Muerta se enfrenta a un obstáculo: la infraestructura insuficiente. La producción requiere arenas especiales, importadas desde Santa Fé o el extranjero, y transportadas en camiones hasta el yacimiento. El material metalúrgico y mecánico sigue la misma ruta. Aunque existe una línea férrea que conecta Zapala con Bahía Blanca, con potencial para cruzar a Chile, su estado actual es calamitoso e intransitable en partes.
A pesar de esta barrera logística, el nuevo gobierno destaca la importancia central del ferrocarril para el éxito de Vaca Muerta, con la particularidad de la inversión privada. Se espera que se generen normativas y proyectos adecuados para concretar inversiones que permitan, finalmente, la realización de sueños ancestrales que han propuesto estas obras.
Los productos generados en torno a Vaca Muerta, con su potencial alto valor agregado, pueden atraer la atención de diversos mercados. Solo se necesitan reglas claras, controles efectivos y proyectos a largo plazo. En este proceso, la proximidad de la terminal de Zapala con los puertos chilenos abre la puerta a la posibilidad de acercar los productos argentinos a los mercados de Asia.
Además, la red del ferrocarril del sur se alinea con las rutas que recorren el resto del país, incluso en condiciones de baja calidad. Esto plantea la oportunidad de diseñar un nuevo esquema de transporte y logística beneficioso para todos los involucrados. Vaca Muerta se presenta como más que un yacimiento; es la puerta de entrada de Argentina al mercado mundial, donde la clave del éxito radica en la inversión y el trabajo sostenido.
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