Mayo de 2025 se convirtió en el mes con mayor actividad de fracking en la historia de Vaca Muerta, con 2.588 etapas registradas. Este nivel de intensidad marca una tendencia sostenida de crecimiento y eficiencia, con una media mensual que podría estabilizarse en torno a las 2.000 fracturas si se mantiene el ritmo actual.
La Fundación Contactos Energéticos, mediante informes elaborados por el ingeniero Luciano Fucello, ha documentado de manera minuciosa la evolución de esta actividad desde que la industria comenzó a migrar de los pozos verticales a los horizontales, hace ya casi una década.
YPF es la principal operadora en este proceso, liderando la solicitud de etapas de fractura. En mayo, la empresa bajo control estatal concentró el 51,5% de la actividad, trabajando principalmente con Halliburton. Esta colaboración permitió concretar 2.369 etapas desde 2016. Además, YPF también contrató a otras compañías como SLB, Calfrac, Baker Hughes y Weatherford.
En este período, el mercado del fracking local también experimentó una reconfiguración. Empresas como Baker Hughes y Weatherford transfirieron sus activos, y nuevas compañías tomaron su lugar. Tenaris, del grupo Techint, adquirió el set de Baker en 2021, y Pluspetrol compró el de Weatherford tras adquirir los yacimientos de ExxonMobil.
Actualmente, hay doce sets activos en Vaca Muerta distribuidos entre distintas compañías: Halliburton cuenta con cuatro, SLB con tres, Tenaris y Calfrac con dos cada una, y Pluspetrol con uno. En ocasiones, la cifra se eleva a trece con la activación de equipos reducidos para operaciones puntuales.
En 2016, se realizaron 1.716 etapas de fractura durante todo el año. Hoy, esa misma cantidad se supera ampliamente en apenas un mes. El crecimiento sostenido refleja una evolución tecnológica que incluye la implementación de técnicas como el dual frac, que permite aumentar la actividad sin sumar más equipos.
En lo que va de 2025, ya se concretaron 10.500 etapas, lo que representa el 59% del total del año anterior. Esta dinámica plantea interrogantes sobre si el nuevo promedio mensual se mantendrá o si habrá una leve retracción, aunque la tendencia general indica un fortalecimiento del shale neuquino.
Es importante destacar que un mayor número de etapas de fractura no implica automáticamente un aumento en la producción, pero sí constituye una etapa fundamental para la posterior conexión de los pozos a las redes de transporte.
En este sentido, las obras en infraestructura, como los oleoductos Oldelval y Otasa, resultan claves para sostener el crecimiento y consolidar las exportaciones. A esto se suma la adecuación de las refinerías locales para procesar el volumen creciente de hidrocarburos.
La producción de petróleo en Neuquén alcanzó los 462.061 barriles por día en abril, un dato que da cuenta del impacto de la actividad no convencional en la economía energética del país. Esta cifra está directamente ligada al desarrollo de Vaca Muerta y sus etapas de fractura.
Finalmente, mientras Vaca Muerta sigue marcando récords, otras cuencas no convencionales comienzan a mostrar su potencial. Es el caso de Palermo Aike en Santa Cruz, donde YPF y CGC ya realizaron perforaciones, o de Aurora Austral, el nuevo proyecto de Pan American Energy en busca de shale gas en la formación D-129.
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