Dervinsa recicla anualmente unas impresionantes 200.000 toneladas de restos de poda, convirtiéndolos en bioproductos de alto valor. Desde ácido tartárico hasta aceite de pepita de uva, la empresa ha logrado aprovechar al máximo estos desechos, generando no solo productos útiles sino también energía y abono.
Este proceso de reciclaje no solo contribuye a reducir la cantidad de residuos que terminan en vertederos, sino que también ayuda a mitigar el impacto ambiental de la industria vitivinícola. Además, Dervinsa ha establecido una colaboración público-privada ejemplar, trabajando de la mano con la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo, el Ministerio de Ambiente de Mendoza, diversos municipios y más de 600 bodegas.
El gerente general de Dervinsa, Roland Kosche, destaca la importancia de ir más allá de simplemente generar energía a partir de la quema de residuos. El enfoque de la empresa se centra en crear subproductos que no solo sean beneficiosos para la tierra, sino también para la nutrición animal y humana.
Con más de 86 años de historia, Dervinsa ha evolucionado constantemente para adaptarse a las necesidades del mercado y las demandas ambientales. Su compromiso con la sustentabilidad se refleja en cada aspecto de su operación, desde la producción de ácido tartárico hasta la exportación de alcohol vínico a Europa.
Además, la empresa ha establecido convenios con cientos de bodegas en toda la región, facilitando la disposición responsable de residuos orgánicos y promoviendo una economía circular. A través del compostaje, Dervinsa convierte estos residuos en abono de alta calidad, cerrando así el ciclo de vida de los productos vitivinícolas.
Pero Dervinsa no se conforma con sus logros actuales. La compañía está constantemente buscando nuevas formas de expandir su impacto y contribuir aún más al cuidado del medio ambiente. Desde la exploración de residuos de otras industrias hasta la promoción de la innovación a través de eventos como hackathons, Dervinsa demuestra su compromiso con un futuro más sostenible para todos.
Además de su enfoque en la industria vitivinícola, Dervinsa ha ampliado su alcance hacia otros sectores, demostrando su versatilidad y compromiso con la sustentabilidad en toda la región. Con convenios firmados con municipios y entidades como el Ecoparque, la empresa está abordando la gestión de residuos desde una perspectiva integral, incorporando prácticas responsables en diversas áreas de la economía.
El énfasis de Dervinsa en la investigación y la innovación se refleja en su colaboración con la Facultad de Ciencias Agrarias de la UNCuyo y en la organización de eventos como hackathons. Estas iniciativas no solo fomentan el desarrollo de soluciones creativas para los desafíos ambientales, sino que también involucran a la próxima generación de profesionales en la búsqueda de un futuro más sostenible.
Con más de 150 trabajadores directos y una red de socios que abarca desde bodegas locales hasta entidades gubernamentales, Dervinsa está liderando el camino hacia un modelo de negocio más consciente y responsable. Su compromiso con la creación de valor a partir de residuos demuestra que la sustentabilidad no solo es posible, sino también rentable, sentando un precedente inspirador para otras empresas en la región y más allá.
Dervinsa, la empresa mendocina que lidera la transformación de residuos en recursos valiosos
La empresa mendocina Dervinsa está marcando la pauta en cuanto a innovación y sustentabilidad en la región. Con una visión vanguardista y un enfoque centrado en el cuidado del medio ambiente, esta compañía ha logrado convertirse en un referente en el reciclaje de residuos orgánicos, especialmente en el sector vitivinícola.