La medida abarca a todas las líneas de productos del sector, desde cementos de uso general hasta aquellos destinados a trabajos específicos de albañilería. El formato de 50 kg será retirado progresivamente del mercado hasta agotar stock, dando paso al nuevo estándar más liviano y ergonómico.
Según la AFCP, esta transformación responde a criterios de seguridad laboral, eficiencia logística y cumplimiento normativo. La resolución nacional que exige nuevas condiciones de etiquetado y presentación fue prorrogada hasta julio de este año, momento en el que comienza a regir la nueva normativa de manera obligatoria.
El cambio implicó una inversión superior a los 125 millones de dólares, utilizados en la reconversión de 13 plantas industriales distribuidas en todo el país. En estas instalaciones se ejecutaron obras de infraestructura, se instalaron nuevas líneas de producción y se adaptaron las existentes para operar con los nuevos envases.
En total, se construyeron más de 20.000 metros cuadrados de nuevas instalaciones y se montaron 1.500 toneladas de estructuras metálicas. La reconversión generó alrededor de 1.000 puestos de trabajo temporarios, principalmente ligados al proceso de adecuación técnica y edilicia.
Los nuevos envases ofrecen múltiples ventajas: facilitan la manipulación por parte de los operarios, reducen lesiones laborales y disminuyen el desperdicio en obras de pequeña escala, que son las mayores consumidoras de este tipo de productos.
Argentina se convierte así en el tercer país de Sudamérica en adoptar este formato, alineándose con estándares habituales en Europa y Asia, donde los envases más livianos —de entre 20 y 25 kg— ya son la norma. Las razones detrás de esta tendencia son principalmente ergonómicas y logísticas.
La Asociación de Fabricantes de Cemento Portland, fundada en 1922, nuclea a las principales firmas del rubro en el país: Loma Negra, Holcim, Cementos Avellaneda y Petroquímica Comodoro Rivadavia (PCR). Estas empresas concentran más del 95% de los despachos nacionales de cemento.
Loma Negra lidera el mercado argentino con un 45% de participación, seguida por Holcim con el 28%, Cementos Avellaneda con el 22% y PCR con el 4%, según datos de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC).
Este proceso de reconversión se suma a inversiones previas de más de 600 millones de dólares que el sector realizó en los últimos años para aumentar su capacidad instalada, anticipando un crecimiento de la demanda tanto pública como privada.
Sin embargo, el contexto actual muestra señales de desaceleración. En mayo, los despachos de cemento cayeron un 1% interanual y un 8% en relación a abril, totalizando 785.211 toneladas. El consumo interno también disminuyó un 1%, en medio de una fuerte caída en la obra pública.
A pesar de esto, el acumulado de los primeros cinco meses del año sigue en terreno positivo. Entre enero y mayo, el consumo creció un 11,2% respecto al mismo período de 2024, alcanzando las 3.546.584 toneladas despachadas, una cifra que aún refleja el rebote post-pandemia y el empuje del sector privado.
El nuevo formato de 25 kilos no sólo representa una mejora operativa, sino también una adaptación a los tiempos actuales, donde la sostenibilidad, la salud laboral y la eficiencia logística marcan el rumbo de las industrias más consolidadas.
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