El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha identificado un "potencial significativo" en el crecimiento del sector energético y de la minería en Argentina, marcando un hito en las proyecciones económicas del país sudamericano. La posibilidad de multiplicar por cinco las ventas externas de minerales apunta a una diversificación crucial de la base exportadora.
El sector energético se ve particularmente beneficiado con medidas como la alineación de los precios minoristas de los combustibles con los estándares internacionales, la propuesta de eliminar el precio máximo interno del petróleo y la fijación de precios de los servicios públicos de electricidad y gas natural basados en el mercado. Estas acciones respaldarán la inversión en las reservas de gas y petróleo de esquisto, anticipando un aumento en las exportaciones de energía.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados (OPEP+) también juegan un papel importante en este escenario, ya que decidieron mantener los recortes voluntarios en la producción de petróleo, lo que puede influir en los precios internacionales del crudo y, por ende, en los ingresos derivados de las exportaciones.
Las evaluaciones independientes predicen un aumento constante en las exportaciones de petróleo crudo, pasando de aproximadamente 100 kbbl/d en 2023 a 900 kbbl/d en 2030. Esta expansión se traduciría en ingresos adicionales de 14 mil millones de dólares anuales, consolidando a Argentina como un jugador clave en el mercado energético global.
Además del petróleo, el sector minero también se perfila para un crecimiento excepcional. Se proyecta un aumento de casi cinco veces en las exportaciones, destacando el papel crucial del litio. Tres cuartas partes del aumento potencial podrían provenir de las exportaciones de este mineral, generando ingresos estimados en 12 mil millones de dólares. El cobre, cuya producción se espera que comience en 2027, también contribuirá significativamente con 5 mil millones de dólares, junto con cantidades menores de exportaciones de oro y plata.
Aunque se han anunciado inversiones sustanciales en el sector minero, con 17 mil millones de dólares ya comprometidos y numerosos proyectos en diversas etapas, el impacto en la balanza comercial sigue siendo incierto. Se reconoce la necesidad de mantener la estabilidad macroeconómica y de implementar reformas para mejorar la previsibilidad del régimen de inversiones, elementos cruciales para la realización exitosa de estas ambiciosas metas.
La expansión proyectada en las exportaciones de petróleo y minerales también refleja el compromiso del gobierno argentino con la implementación de políticas clave. La alineación de los precios minoristas de los combustibles con los estándares internacionales y la propuesta de eliminar el precio máximo interno del petróleo son indicativos de una estrategia orientada a mejorar la competitividad y atraer inversiones en el sector energético. Asimismo, la presentación de legislación al Congreso para fortalecer regulaciones y mejorar los incentivos para la inversión a largo plazo, especialmente en el ámbito de los metales verdes, demuestra la voluntad política de crear un entorno propicio para el desarrollo sostenible de estas industrias.
Argentina, una nación que históricamente ha dependido de sectores como la agricultura y la ganadería, parece encaminarse hacia una transformación económica significativa con el impulso esperado en sus exportaciones de petróleo y minerales. Con medidas estratégicas y un enfoque claro en la inversión y la estabilidad, el país busca asegurar un lugar destacado en la arena internacional de los recursos naturales y la energía.
Argentina apunta a un impulso histórico en exportaciones de petróleo y minerales
En un movimiento estratégico destinado a transformar su panorama económico, Argentina se encamina hacia la generación de 14.000 millones de dólares adicionales en exportaciones de petróleo para el año 2030, según revela el diario Ámbito.
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