Las petroleras, en particular, ven el RIGI como fundamental para acelerar la explotación de los recursos de Vaca Muerta, con un enfoque en el Gas Natural Licuado (GNL). Se estima que se necesitarán inversiones significativas, alrededor de US$ 30.000 millones hasta 2031, para materializar este potencial.
Sin embargo, las tensiones también se centran en la deuda que Cammesa mantiene con las generadoras, con propuestas del ministro de Economía, Luis Caputo, para diferir los pagos mediante bonos en dólares. Esta medida ha generado rechazo entre las eléctricas, que la consideran una ruptura de contrato y una señal negativa para los mercados.
A pesar de estos desafíos, las empresas del sector mantienen un optimismo cauteloso. Los líderes de YPF, Pan American Energy (PAE) y otras firmas destacan las oportunidades que presenta el actual contexto, especialmente en términos de exportación de energía. La posibilidad de convertir a Argentina en uno de los principales exportadores mundiales de GNL es una meta ambiciosa pero alcanzable, según los expertos del sector.
El clima de negocios en el VI Foro Nacional de Energía reflejó esta mezcla de confianza y preocupación. Mientras algunos empresarios se muestran abiertos a negociar alternativas a la propuesta de bonos de Caputo, otros ven en ella un riesgo para la estabilidad financiera y contractual.
El sector energético argentino está atravesando un período de transformación y desafíos. Si bien hay confianza en el rumbo establecido por el gobierno, las tensiones sobre la deuda y la necesidad de claridad regulatoria son aspectos que requieren atención para garantizar un desarrollo sostenible en el futuro.
En este contexto, la apuesta por la explotación de Vaca Muerta emerge como un punto focal para el crecimiento económico del país. Las inversiones en esta área no solo prometen impulsar la producción de gas y petróleo, sino que también abren la puerta a nuevas oportunidades de exportación y desarrollo infraestructural a gran escala. La confianza en el potencial de este recurso es evidente en las declaraciones de líderes empresariales que ven en el RIGI el catalizador necesario para desbloquear su pleno potencial y posicionar a Argentina como un actor relevante en el mercado energético mundial.
Por otro lado, las tensiones en torno a la deuda de Cammesa reflejan los desafíos que enfrenta el sector en términos de estabilidad financiera y contractual. La propuesta de diferir los pagos mediante bonos en dólares ha generado controversia y preocupación entre las empresas eléctricas, que perciben esta medida como una amenaza para su viabilidad económica a corto y largo plazo. En este sentido, la capacidad del gobierno para gestionar estas tensiones y ofrecer soluciones viables será crucial para mantener la confianza de los inversionistas y asegurar un entorno propicio para el crecimiento sostenible del sector energético argentino.
Confianza en el plan Milei y tensiones por deuda: así está el panorama en el sector energético argentino
Los líderes empresariales del sector energético argentino han expresado confianza en la dirección establecida por el presidente Javier Milei, destacando el impulso hacia la desregulación después de años de intervencionismo. En medio de este ambiente, el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) ha surgido como un marco regulatorio crucial, especialmente en el contexto del debate actual en el Senado sobre el proyecto de Ley Bases.
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