Según especialistas que participaron del Argus Argentina Energy Forum, la situación en la costa oeste de Estados Unidos es el inicio de un proceso irreversible. El cierre total o parcial de plantas estratégicas, sumado a cambios logísticos y comerciales, comenzó a limitar el acceso del crudo argentino al mercado californiano, históricamente relevante para los exportadores regionales.
En abril próximo cerrará la refinería de Benecia, operada por Valero Energy, y otra instalación en Wilmington se encuentra bajo evaluación. Phillips66 también concluirá este mes el cierre de una refinería en Los Ángeles. En conjunto, estos cierres representan una pérdida potencial del 17% de la capacidad de refinación en California.
A esta reducción de capacidad se suma el impacto del oleoducto Trans Mountain (TMX), cuya expansión habilitó un aumento de transporte desde 390.000 hasta 890.000 barriles diarios. La ampliación permitió que Canadá envíe crudos más livianos hacia la costa oeste norteamericana, desplazando los volúmenes provenientes de Sudamérica.
El efecto ya se observa en los datos de importación: la refinería de Anacortes, operada por Marathon, redujo sus compras de Medanito argentino un 47% entre mayo y junio respecto del año pasado. Este patrón, advierten los especialistas, se replica en otros crudos de la región.
Sin embargo, mientras California se cierra, Asia aparece como un terreno fértil para el shale argentino. India y China, dos de los mayores consumidores energéticos del mundo, están incrementando su interés por crudos livianos y medianos, categorías en las que el Medanito compite con ventaja técnica.
India, que incrementó fuertemente sus compras de petróleo ruso tras la invasión a Ucrania, enfrenta ahora presiones internacionales y nuevas sanciones contra Rosneft y Lukoil. Como consecuencia, refinerías como Indian Oil Corporation comenzaron a diversificar su abastecimiento y lanzaron licitaciones para adquirir 24 millones de barriles en América durante el primer trimestre de 2026.
China, por su parte, mantiene una política de compras flexible y orientada al precio. El gigante asiático compra crudo según distintos marcadores internacionales sin restricciones específicas, lo que le permite incorporar volúmenes de regiones muy diversas, entre ellas América Latina.
No obstante, uno de los desafíos que enfrenta el Medanito para consolidarse en Asia es el elevado costo de los fletes marítimos. La distancia y la disponibilidad de buques impactan en la competitividad final del producto, aunque analistas remarcan que estos ciclos tienden a normalizarse en el mediano plazo.
Los especialistas coinciden en que, cuando los costos de flete bajen, el crudo argentino podrá acceder en mejores condiciones a estos mercados, donde la demanda continúa creciendo y existen oportunidades claras para crudos livianos como el de Vaca Muerta.
La transición hacia mercados asiáticos implicaría un cambio estratégico para las exportadoras argentinas, acostumbradas durante años a una fuerte presencia en la costa oeste estadounidense. El cambio de escenario obligará a adaptar contratos, logística y estructuras de comercialización.
Para el sector energético local, la diversificación de destinos será clave para sostener el ritmo de crecimiento de Vaca Muerta en los próximos años. Con mayores volúmenes exportables, infraestructura en expansión y nuevos actores globales ingresando a la cuenca, la búsqueda de mercados dinámicos se vuelve una prioridad estratégica.
Mientras el mapa energético mundial se redefine, India y China emergen como actores decisivos para el futuro del crudo argentino. La oportunidad está, pero dependerá de la competitividad, la logística y la capacidad de adaptación del sector para transformar esta coyuntura en una nueva etapa de expansión.
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