El evento fue inaugurado por el senador catamarqueño Flavio Fama y el diputado sanjuanino Walberto Allende, presidentes de ambas comisiones. Entre los oradores estuvieron el secretario de Minería de la Nación, Luis Lucero; el presidente del Segemar, Julio Bruna Novillo; el titular de la CAEM, Roberto Cacciola; el presidente de la Capmin, Manuel Benítez; el delegado general de Eramet en Argentina, Miguel Giménez Zapiola; y la senadora nacional Edith Terenzi, presidenta de la Comisión de Ambiente y Desarrollo Sustentable.
Durante el encuentro se analizaron cuestiones centrales como el rol estratégico de la minería en el desarrollo económico federal, el contexto global de la industria, el fortalecimiento de la cadena de valor y las oportunidades de inversión sostenible. También se abordaron los desafíos ambientales y la proyección de proyectos de litio y cobre, considerados estratégicos para la próxima década.
En el debate se destacó que las exportaciones mineras alcanzaron un récord de US$ 3.157 millones en los primeros siete meses de 2025. De mantenerse la tendencia, el año podría cerrar por encima de US$ 5.000 millones, superando los US$ 4.637 millones de 2024, equivalente al 0,8% del PBI. Este incremento se atribuyó principalmente a la suba de los precios internacionales del oro y la plata.
Sin embargo, se advirtió que la minería argentina enfrenta una crisis vinculada a la caída de producción de proyectos maduros de oro y plata, que reducen progresivamente la cantidad de mineral extraído. La suba de los precios internacionales compensa momentáneamente esta situación, pero no resuelve la falta de nuevos desarrollos.
Los especialistas remarcaron que es urgente incrementar la inversión en exploración, tanto para extender la vida útil de los proyectos actuales como para iniciar nuevos. Argentina fue el sexto país del mundo en inversión exploratoria en 2024, lo que refleja interés internacional, aunque todavía insuficiente para reemplazar la producción en declive.
La Secretaría de Minería presentó proyecciones hacia 2035 que anticipan la existencia de 325 proyectos metalíferos y de litio en distintas etapas. Las estimaciones incluyen una producción de 1,32 millones de toneladas de cobre (6,15% del total mundial), 508.500 toneladas de carbonato de litio equivalente, 614.000 onzas de oro y 25,2 millones de onzas de plata. Esto podría generar exportaciones por US$ 23.800 millones.
De concretarse ese escenario, la minería argentina crearía entre 50.000 y 80.000 empleos directos e indirectos. No obstante, las cifras aún quedarían por debajo de los niveles de Chile y Perú, que en 2024 exportaron US$ 56.000 millones y US$ 47.000 millones respectivamente, con más de 200.000 puestos de trabajo en cada país.
Para alcanzar estas metas se calculó que el país necesitará inversiones por US$ 41.960 millones entre 2025 y 2031, con un pico superior a US$ 13.000 millones en 2027. La magnitud del desafío implica articular políticas públicas, financiamiento y seguridad jurídica.
Entre los principales obstáculos, el secretario de Minería señaló la necesidad de infraestructura ferroviaria, vial y portuaria para conectar zonas remotas con centros de exportación, así como mayor capacidad de transporte eléctrico hacia regiones mineras. También resaltó la importancia de mejorar la formación de mano de obra y el desarrollo de proveedores locales.
En el plano estructural, subrayó que la minería requiere largos plazos de maduración. La construcción de una mina de cobre de escala mundial puede llevar hasta 12 años de exploración, 2 años de factibilidad y al menos 4 años de construcción antes de comenzar a producir. La industria necesita, por lo tanto, visión de largo plazo y estabilidad regulatoria.
El presidente del Segemar sostuvo que desde 2025 la minería argentina transita un nuevo paradigma marcado por el crecimiento de la producción, los precios internacionales y el potencial del cobre, un recurso aún sin explotación a gran escala en el país. La provincia de San Juan aparece como uno de los distritos clave para ese desarrollo.
Además, se destacó el potencial de las tierras raras, minerales críticos con alta demanda global, aunque con desafíos tecnológicos y ambientales. Su desarrollo permitiría diversificar la producción minera argentina y acercar al país a mercados como Estados Unidos y Europa, actualmente dependientes de China en este segmento.
La jornada en el Senado concluyó con un consenso sobre la necesidad de avanzar en una política minera de Estado que garantice previsibilidad, fomente la exploración y promueva inversiones sostenibles. El desafío, coincidieron los participantes, es transformar el potencial geológico en desarrollo económico federal y empleo para las próximas décadas.
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