En mayo de este año, Pampa había sorprendido al mercado al adquirir 10,7% de GeoPark por un monto equivalente a US$ 32,8 millones. Esa compra generó movimientos defensivos en la firma fundada por James Park para proteger a sus accionistas, mientras que el nuevo CEO de la compañía, Felipe Bayón, destacaba la posibilidad de asociarse con la empresa de Marcelo Mindlin y remarcaba el interés en la formación no convencional de Vaca Muerta.
La venta de acciones significa un repliegue de Pampa respecto de aquella apuesta inicial, en un contexto financiero complejo para las empresas argentinas y de alta volatilidad en los mercados internacionales.
Actualmente, la acción de GeoPark en Wall Street cotiza a US$ 6,08, tras una caída intradiaria de 2,8%, y acumula un retroceso de 34,36% en lo que va de 2025. Por su parte, los papeles de Pampa Energía cotizan a US$ 55,5, con una caída acumulada de 37,29% en lo que va del año.
La decisión de Pampa se conoció pocos días después de que la compañía ejecutara un plan de recompra de acciones propias. En Wall Street destinó US$ 1.057.144 a la adquisición de ADR y en Argentina invirtió ARS$ 122.496.790 en acciones ordinarias.
Este movimiento se interpreta como una señal de reacomodamiento financiero en medio de la caída generalizada de las acciones argentinas y el incremento del riesgo país, que limita las alternativas de financiamiento para los proyectos energéticos.
En paralelo, GeoPark informó a la Comisión Nacional de Valores (CNV) un aporte de US$ 100 millones de su casa matriz a la filial argentina. El mercado interpretó esa capitalización como un anticipo de la confirmación del ingreso de la compañía al negocio de Vaca Muerta.
La relación entre Pampa y GeoPark había despertado expectativas por una eventual asociación en la explotación de hidrocarburos no convencionales en Neuquén. Sin embargo, la venta masiva de acciones por parte de Pampa deja en suspenso el futuro de esa alianza estratégica.
El CEO de GeoPark, Felipe Bayón, había manifestado en mayo que veía en Pampa un socio ideal para desembarcar en Vaca Muerta, destacando la experiencia y la capacidad de inversión de la firma argentina en el sector.
La operación de desinversión de Pampa refleja la compleja coyuntura de la industria energética local, donde los proyectos requieren financiamiento sostenido y condiciones macroeconómicas estables, algo que hoy se presenta como un desafío.
GeoPark mantiene su intención de ampliar su presencia en Argentina y considera a Vaca Muerta como un pilar de esa estrategia. La inyección de capital reciente a su filial argentina va en esa dirección, más allá del retroceso de Pampa.
En tanto, Pampa Energía continúa enfocada en el fortalecimiento de su portafolio de activos en el país, combinando inversiones en generación eléctrica, transporte de gas y explotación de hidrocarburos, con la meta de sostener su posición como uno de los actores centrales del sector energético.
El desenlace de la relación entre ambas compañías y la definición de los proyectos en Vaca Muerta marcarán un punto clave en la estrategia de inversión extranjera en la principal formación de hidrocarburos no convencionales del país.
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