La encrucijada energética del siglo XXI: de la transición a la reconfiguración y la gobernanza tecnológica

(Por Ing. Guillermo F. Devereux) ¿Cómo podemos acelerar la transición hacia una economía neutra en carbono sin generar nuevas dependencias ni dejar a nadie atrás? Esta es la pregunta que define el futuro del sector energético y el desafío de nuestra generación.

El mundo se encuentra en una encrucijada sin precedentes, impulsada por fuerzas profundas y de alcance global que reconfiguran el tejido mismo de nuestras sociedades y economías. Como experto en prospectiva, observo los diferentes sectores y la importancia relativa que tienen en este escenario, y la crisis climática, lejos de ser una amenaza futura, se ha manifestado ya en un problema a corto plazo que impacta directamente en la energía, desde la volatilidad de los precios hasta interrupciones en las cadenas de suministro. Esta realidad nos obliga a ir más allá de la simple "transición energética" y adentrarnos en una reconfiguración total de cómo generamos, consumimos y pensamos la energía, con la sostenibilidad como brújula ineludible.

La transición hacia una economía neutra en carbono es la tendencia dominante, con un número creciente de naciones y corporaciones comprometiéndose con objetivos de cero emisiones netas. Esto está generando un cambio fundamental en las ventajas competitivas. Las antiguas ventajas de tener grandes reservas de petróleo y gas están perdiendo relevancia, mientras que la abundancia de recursos renovables como el sol y el viento emerge como un nuevo motor de crecimiento económico. Esta transformación no solo es un imperativo ambiental, sino también una fuente de nuevas oportunidades. Se están creando empleos en sectores que apenas empezamos a comprender, y el panorama geopolítico se está redefiniendo. La dependencia de los países exportadores de combustibles fósiles se debilita, mientras que la de aquellos con vastas reservas de litio, cobalto o la capacidad para producir hidrógeno verde se fortalece. Las empresas que logren pivotar y aprovechar la tecnología para la sostenibilidad obtendrán una ventaja competitiva decisiva.

Para lograrlo, es crucial acelerar la transición de las tecnologías climáticas prometedoras desde el laboratorio hasta el mercado, particularmente en sectores difíciles de descarbonizar como el acero y el cemento. En este sentido, las innovaciones digitales como la inteligencia artificial, los sensores y la analítica avanzada son fundamentales para acelerar el despliegue e integración de las energías renovables en sistemas energéticos cada vez más complejos y fragmentados. A medida que la electrificación global se intensifica, es imperativo que los sistemas energéticos se adapten a la creciente demanda, a una propiedad más distribuida de la generación y el almacenamiento, y a la necesidad de gobernanza de redes de próxima generación.

Sin embargo, este camino no está exento de amenazas significativas. Las tensiones geopolíticas y los cambios en la política comercial, como la imposición de aranceles más altos a las importaciones, están generando una incertidumbre macroeconómica y una volatilidad del mercado sin precedentes. Estas medidas afectan de manera desproporcionada a las empresas de tecnología de frontera, que dependen de cadenas de suministro globales complejas.

Existe el riesgo latente de que la disminución de la producción de hidrocarburos supere la caída de la demanda, lo que podría generar escasez y una volatilidad extrema en los precios. Esta tensión se verá amplificada por una competencia global por los recursos críticos necesarios para las tecnologías limpias y las crecientes tensiones geopolíticas que amenazan la seguridad de las cadenas de suministro.

Además, la transición enfrenta la amenaza de los "activos varados", donde los propietarios de infraestructuras obsoletas intentarán obstaculizar el progreso para proteger sus inversiones. A esto se suman las interrupciones en la cadena de suministro, cada vez más frecuentes y severas debido a los efectos del propio cambio climático, como inundaciones e incendios forestales que destruyen centros de producción.

La polarización política y la lentitud de las instituciones gubernamentales para adaptarse al ritmo del cambio representan otro obstáculo crucial, dificultando la implementación de los marcos regulatorios y los mecanismos de mercado necesarios para escalar las tecnologías energéticas de próxima generación sin comprometer la asequibilidad y la fiabilidad.

A pesar de estos vientos en contra, existe un "boom" en la inversión de capital de riesgo en tecnología de frontera, impulsado por el avance de la inteligencia artificial, la tecnología de defensa y la automatización industrial. La automatización, por ejemplo, está siendo acelerada por la caída de los precios de los robots y el aumento de los costos laborales, convirtiéndose en una necesidad en industrias como la construcción, que históricamente han sido lentas en su adopción.

Además, tecnologías disruptivas como la computación cuántica, el armamento hipersónico y la robótica humanoide están dejando de ser ciencia ficción para convertirse en prototipos que logran hitos en el mundo real.

En suma, el desafío de la transición energética es la tarea de nuestra generación. No se trata solo de cambiar fuentes de energía, sino de reconfigurar la base de nuestras economías para construir un futuro más resiliente y equitativo. El éxito dependerá de nuestra capacidad para forjar nuevas asociaciones, gestionar de forma holística las interdependencias emergentes y actuar con la urgencia que el momento demanda. La sostenibilidad ya no es una opción; es el único camino viable para transformar las amenazas actuales en oportunidades de crecimiento y progreso.

SOBRE EL AUTOR

Guillermo F. Devereux es ingeniero agrónomo, egresado de la Universidad de Buenos Aires (UBA), con más de 30 años de trayectoria en el sector de agronegocios. Está especializado en sostenibilidad, relaciones institucionales y gestión de stakeholders. Complementó su formación con posgrados en Agronegocios y Customer Relationship Management, además de capacitaciones internacionales en marketing y lobby. Ocupó roles de liderazgo en empresas multinacionales como Bayer y Aventis, donde lideró estrategias de relaciones públicas y gubernamentales en 17 países de Hispanoamérica.

Es fundador de SustentiaGroup Consultores y cuenta con una sólida carrera académica. Fue docente en la UBA y en la Universidad de Belgrano, y actualmente se desempeña como profesor en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE). Su perfil combina visión estratégica, habilidades de negociación, pensamiento práctico y una marcada orientación hacia la sostenibilidad corporativa.

 

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