El desarrollo, denominado Proyecto Catriel, surge de investigaciones realizadas por la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), que identificaron la presencia de anomalías uraníferas en distintos puntos de la región. Los estudios iniciales se basaron en registros geológicos de la Cuenca Neuquina, en Mendoza, y en archivos técnicos de explotaciones petroleras del norte de Río Negro.
En función de estos indicios, la CNEA solicitó en 2009 cinco permisos de exploración que derivaron en la manifestación de descubrimiento “Mari” y el cateo “Eugenio II”. Ambos proyectos permanecen bajo la órbita de este organismo estatal, que tiene a su cargo la tarea de investigar y desarrollar recursos estratégicos para la matriz energética nacional.
El próximo paso en el cronograma técnico es la ejecución de ocho perforaciones testigo que, en conjunto, alcanzarán los 1.500 metros de profundidad. Estas tareas están previstas para el segundo semestre de 2025 y permitirán determinar con mayor precisión el potencial del yacimiento y la viabilidad de futuras inversiones.
“Se trata de un proyecto en etapa inicial, que forma parte del conjunto de 54 iniciativas vinculadas a minerales metalíferos y energéticos con potencialidad por descubrir en nuestra provincia”, indicaron desde la Secretaría de Minería de Río Negro.
La zona donde se desarrollarán las tareas de prospección forma parte de un entorno geológico con actividad petrolera consolidada, lo que aporta infraestructura disponible y antecedentes técnicos relevantes para el avance del proyecto. Además, la localización en la Cuenca Neuquina refuerza su valor estratégico.
Paralelamente a los trabajos de campo, el Departamento de Relaciones Institucionales y Comunitarias de la cartera minera mantuvo encuentros con superficiarios del área de influencia directa. Estas reuniones buscan fortalecer el diálogo temprano con los actores territoriales.
En este sentido, los encuentros se desarrollaron en el marco de la Declaración Jurada de Buenas Prácticas, una herramienta que apunta a garantizar el desarrollo responsable de las tareas y la transparencia del proceso en cada una de sus etapas.
"La comunicación temprana y el cumplimiento de los estándares normativos y ambientales son parte central del enfoque de esta gestión minera", señalaron desde el organismo provincial, en línea con los principios de minería sostenible promovidos en la región.
El uranio es un mineral estratégico utilizado como combustible en reactores nucleares y su demanda se proyecta en alza a nivel global, en paralelo con las metas de transición energética que buscan reducir la dependencia de los combustibles fósiles.
El Proyecto Catriel se suma así a una serie de iniciativas en todo el país que apuntan a diversificar la matriz energética argentina, explorando recursos disponibles de forma responsable y bajo la supervisión de organismos especializados como la CNEA.
La exploración de uranio en esta región no sólo abre nuevas perspectivas económicas para Río Negro, sino que también consolida el rol de la provincia en la agenda nacional vinculada a la energía y la innovación tecnológica.
A medida que avance la ejecución de las perforaciones previstas, se espera que se amplíen los estudios hidrogeológicos y ambientales que complementan la evaluación técnica del yacimiento.
Con una combinación de desarrollo geológico, participación comunitaria y visión estratégica, Río Negro busca posicionarse como un actor clave en el futuro energético del país, sumando el uranio a su ya extensa cartera de recursos naturales.
Tu opinión enriquece este artículo: