Según los datos oficiales, la producción total de petróleo llegó a 857,7 mil barriles diarios, mientras que la de gas natural alcanzó los 122,3 millones de metros cúbicos por día, cifras inéditas para la industria local.
Detrás de este salto aparece un dato estructural que marca un punto de inflexión: Vaca Muerta ya explica cerca del 70% del petróleo y el gas que se produce en el país, consolidando un cambio definitivo en la matriz hidrocarburífera argentina.
En petróleo, si bien se registró una leve baja mensual del 0,2%, la comparación interanual muestra un crecimiento del 13,6%, ratificando una tendencia expansiva sostenida durante los últimos años.
La comparación de largo plazo resulta aún más contundente: los niveles actuales son 62,8% superiores a los de febrero de 2020 y superan ampliamente los promedios anuales recientes, que pasaron de 523,2 mil barriles diarios en 2021 a 709,3 mil en 2024.
En gas natural, la producción mostró una caída mensual del 1,4% y un retroceso interanual del 3,9%, aunque se mantiene en volúmenes históricamente elevados, confirmando una meseta productiva sostenida principalmente por el no convencional.
La producción de petróleo no convencional volvió a ser el gran motor del sistema. En noviembre alcanzó los 579,8 mil barriles diarios, lo que representó el 67,6% del total nacional, con una suba mensual del 1,3% y un fuerte crecimiento interanual del 32,1%.
El avance del shale es aún más significativo en perspectiva histórica: la producción actual es 360% superior a la de febrero de 2020 y más que triplica el promedio de 2021, consolidando el giro estructural de la industria.
En el caso del gas no convencional, la producción fue de 76,6 millones de metros cúbicos diarios, equivalente al 62,6% del total nacional, manteniéndose estable mes a mes y muy por encima de los niveles históricos.
El récord productivo también se explica por el fuerte aumento de la actividad de perforación. En noviembre se registraron 96 pozos en perforación de explotación, un 26,3% más que en igual mes del año anterior.
Este nivel de actividad se ubica 50% por encima de febrero de 2020 y supera con amplitud los promedios anuales de los últimos cuatro años, reflejando una industria que opera con mayor escala, eficiencia y previsibilidad.
Dentro de este escenario, Neuquén volvió a concentrar el núcleo duro de la producción nacional, con 590.339 barriles diarios de petróleo, de los cuales casi el 97% fue no convencional, impulsado por áreas clave como Loma Campana, Bandurria Sur y Bajada del Palo Este.
En gas, la provincia produjo 81,22 millones de metros cúbicos diarios, con un 90% de origen no convencional, confirmando que Vaca Muerta sostiene tanto el abastecimiento interno como la creciente capacidad exportadora.
Los indicadores de noviembre permiten proyectar un cierre de 2025 con alta previsibilidad productiva, fuerte protagonismo del shale y consolidación de Vaca Muerta como el corazón energético del país, en un proceso que no luce como un pico aislado, sino como la base del nuevo ciclo exportador argentino.
Tu opinión enriquece este artículo: