Los activos que se mantendrán en manos de Petrobras incluyen los proyectos petroleros de Urucu, ubicado en la Amazonía brasileña, así como Bahia Terra y Campo de Manati, en el noreste de Brasil. Además, la venta de "Petrobras Operaciones", su subsidiaria en Argentina, también ha sido detenida.
La compañía ha declarado que su enfoque actual es "maximizar el valor de su cartera, centrándose en activos rentables; reponer las reservas de petróleo y gas, incluyendo la exploración de nuevas fronteras; aumentar la oferta de gas natural y promover la descarbonización de sus operaciones".
En relación a otros activos que estaban en proceso de venta dentro del segmento de exploración y producción, Petrobras ha anunciado que su permanencia será evaluada de forma periódica, teniendo en cuenta criterios como su rentabilidad, su alineación con la estrategia de la empresa, su estado de vida productiva y las oportunidades relacionadas con la descarbonización.
En el mismo comunicado dirigido a la bolsa de São Paulo, Petrobras informó que continuará con los procesos de venta de su participación del 20% en dos termoeléctricas y otro 18,8% en otra empresa del sector de Gas y Energía.
Petrobras, una empresa controlada por el Estado brasileño pero con acciones negociadas en Nueva York, São Paulo y Madrid, implementó un ambicioso plan de venta de activos en respuesta a la severa crisis económica de la década pasada y en medio de varios escándalos de corrupción interna. La administración de Jair Bolsonaro (2019-2022) continuó con esta política, la cual ha sido paralizada por la nueva administración de Luiz Inácio Lula da Silva, quien busca fortalecer el carácter público de Petrobras como motor del crecimiento del país.
Tu opinión enriquece este artículo: