La iniciativa busca diversificar la matriz productiva nacional y posicionar a Santa Cruz como un jugador estratégico dentro del mapa energético argentino. La provincia mantiene una larga tradición petrolera y cuenta con infraestructura clave que hoy opera por debajo de su capacidad, lo que facilita el avance de proyectos no convencionales.
El inicio formal de la fase exploratoria incluyó una reunión técnica entre YPF y la Secretaría de Fiscalización y Control Ambiental Energético y Minero. El encuentro estuvo centrado en revisar aspectos ambientales críticos, entre ellos la gestión de residuos peligrosos y los lodos de perforación, ambos esenciales para este tipo de operaciones.
Durante la presentación, YPF expuso los lineamientos principales de su plan de manejo ambiental. La autoridad de control solicitó la presentación de la documentación técnica complementaria para verificar el cumplimiento de la normativa vigente y planificar inspecciones en campo.
Palermo Aike representa, además, un hito político e industrial: es el único compromiso de inversión que YPF mantuvo luego de revertir a la provincia sus áreas convencionales maduras. Esos bloques ya fueron adjudicados a un consorcio de siete empresas para su reactivación.
Semanas atrás, la compañía había comenzado la construcción de tres locaciones en la zona. Esta primera etapa de trabajos exploratorios cuenta con una inversión estimada de 200 millones de dólares, una cifra que la industria considera “inicial” respecto del volumen de capital que podría requerirse si los resultados resultan positivos.
Las tareas preliminares incluyeron movimiento de suelos, apertura de caminos y obras de accesibilidad en los permisos La Azucena y El Campamento Este. YPF priorizó la contratación de mano de obra y proveedores santacruceños, con la expectativa de incrementar el empleo local a medida que avancen las perforaciones.
Las estimaciones privadas y de la propia petrolera sugieren que Palermo Aike podría albergar hasta 10.000 millones de barriles equivalentes de petróleo. Esa magnitud llevó a catalogarla como el “hermano menor” de Vaca Muerta y a considerarla una formación con capacidad para replicar parte del impacto económico del shale neuquino.
La extensión total del bloque, de unos 12.600 kilómetros cuadrados, le otorga una escala significativa para un eventual desarrollo industrial. Sus características geológicas la ubican en un rango similar al de Vaca Muerta: ambas formaciones son de origen marino y tienen profundidades objetivo entre 3.000 y 3.500 metros.
Las técnicas que se utilizarán en esta etapa exploratoria serán similares a las aplicadas en Neuquén: perforación vertical y horizontal, más etapas de fractura hidráulica para estimular la roca generadora. El objetivo será determinar la productividad, presión y potencial comercial del reservorio.
El proyecto se apoya en una ventaja logística determinante: la Cuenca Austral cuenta con infraestructura estratégica instalada, entre ella el Gasoducto San Martín y oleoductos que conectan con el Puerto Punta Loyola, lo que permitirá evacuar la producción sin requerir grandes obras iniciales.
Fuentes del sector consideran que Palermo Aike podría convertirse en el proyecto más relevante para Santa Cruz en décadas, no solo por el volumen potencial de recursos, sino por la posibilidad de generar empleo, dinamizar la cadena de proveedores locales y sumar nuevas exportaciones para el país.
Si los resultados exploratorios resultan exitosos, YPF prevé escalar el desarrollo en etapas, replicando el modelo de aprendizaje progresivo aplicado en Vaca Muerta. La provincia, en tanto, se prepara para acompañar el proceso con regulaciones, infraestructura y políticas orientadas a consolidar un nuevo polo energético patagónico.
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