La operadora, que actualmente produce cerca de 20.000 barriles diarios con unos 100 empleados, prevé alcanzar 50.000 barriles en dos o tres años, con un potencial de 70.000. Para ello, este año sumará un segundo equipo de perforación y en enero incorporará uno de HP con contratos de cinco años, con la posibilidad de añadir un tercero en 2027.
Bizzotto destacó que el mayor desafío de la industria es “ganar consistencia” en las operaciones y evitar errores en la ejecución. A su juicio, el crecimiento sostenido requiere procesos estandarizados que permitan que cada pozo se construya con la misma eficiencia y calidad.
En cuanto a la competitividad, el directivo señaló que depende en gran medida de factores macroeconómicos como el riesgo país, la tasa de interés y el cepo cambiario. Sin embargo, subrayó que la consistencia es un aspecto bajo control de las operadoras y que constituye la base para mejorar la eficiencia.
“El no convencional es una fábrica de pozos. Si cada pozo se hace distinto o con tiempos muy dispares, la fábrica pierde eficiencia. El quick win está en estandarizar procesos”, afirmó durante su exposición en el Supplier Day organizado por EconoJournal.
También remarcó que la confiabilidad de los sistemas y herramientas se ha visto afectada en el último tiempo, por lo que considera clave trabajar con los contratistas para recuperar estándares y calidad operativa.
Bizzotto proyectó que un mayor desarrollo del gas en Vaca Muerta permitirá escalar la actividad y lograr precios más competitivos a nivel internacional. En este sentido, valoró las iniciativas de YPF y Pan American Energy, que —aseguró— impulsarán un salto de actividad que beneficiará a todo el sector.
En materia de provisión, puso especial énfasis en el abastecimiento de arena a precios razonables. Aseguró que la industria no puede prescindir de una fuente local in-basin, tal como se vio en Estados Unidos, y advirtió que pagar arena más transporte a US$ 130 o US$ 150 por tonelada es insostenible.
Phoenix utiliza arena proveniente de Río Negro desde sus primeros pozos, sin impactos negativos en la productividad. Bizzotto afirmó que no hay evidencia de que esta arena afecte los resultados y que, en términos económicos, un eventual impacto a largo plazo tendría escasa incidencia.
El ejecutivo recordó que en el yacimiento Mata Mora la infraestructura inicial permitió avanzar de forma ordenada, evitando el transporte de líquidos en camión desde el comienzo, gracias a una planificación adecuada.
A su criterio, las petroleras deben destinar el 99% de su capital de inversión a pozos, evitando comprometer grandes recursos en infraestructura logística que no aporte valor directo a la producción.
Bizzotto también abordó el fenómeno parent-child, que se produce cuando pozos nuevos perforados cerca de otros en producción sufren interferencias que reducen el rendimiento esperado. Señaló que este efecto puede recortar entre 30% y 40% la producción en algunos casos.
Para mitigar este problema, recomendó planificar de manera que un pad y su vecino inmediato se perforen con poca diferencia de tiempo, y ajustar los planes de fractura según la ubicación y las condiciones geológicas de cada pozo.
En esta línea, Phoenix desarrolla en Neuquén el primer workshop de la industria enfocado en parent-child, con el objetivo de compartir buenas prácticas y minimizar el impacto de este fenómeno en la productividad.
El directivo concluyó que el sector debe acelerar el desarrollo de Vaca Muerta aprovechando la ventana de oportunidad que ofrece el mercado global, antes de que los cambios en la matriz energética reduzcan la demanda de hidrocarburos.