La iniciativa de Equinor responde a una revisión de su estrategia global, lo que podría derivar en la venta de su participación en Vaca Muerta. En este contexto, YPF, que es socia de la compañía en distintas áreas de la formación no convencional, tendría prioridad en cualquier proceso de desinversión.
La estrategia de YPF en los últimos años ha estado orientada a potenciar el desarrollo del shale, al mismo tiempo que ha iniciado un proceso de desinversión en yacimientos convencionales maduros. Como parte de esta iniciativa, la petrolera abrió recientemente un centro remoto de operaciones de shale en Buenos Aires.
En la misma línea, YPF concretó la compra de la mayoría de la participación en el yacimiento de gas no convencional Sierra Chata, adquirido a Exxon y Qatar Energy por aproximadamente 300 millones de dólares. Esta adquisición refuerza la estrategia de la empresa de consolidar su presencia en Vaca Muerta y potenciar la extracción de hidrocarburos no convencionales.
Equinor actualmente posee un 30% de participación en el área Bandurria Sur, una de las zonas clave de producción en Vaca Muerta. Por su parte, YPF ya controla el 40% de este bloque, mientras que Shell mantiene otro 30%, lo que podría facilitar una eventual adquisición de la participación de la compañía noruega por parte de la petrolera estatal.
Otra de las sociedades entre ambas empresas se encuentra en el proyecto Bajo del Toro, donde Equinor y YPF comparten la titularidad con un 50% cada una. De concretarse la venta, la petrolera argentina podría tomar el control total de esta operación.
Vaca Muerta se ha consolidado como una de las principales reservas de shale oil y shale gas a nivel mundial. Su desarrollo ha sido una prioridad para el gobierno argentino, que busca incrementar la producción de hidrocarburos y reducir la dependencia de las importaciones de energía.
YPF ha desempeñado un papel fundamental en este proceso, liderando inversiones y desarrollos tecnológicos que han permitido aumentar la eficiencia de extracción en los pozos no convencionales. La posible compra de los activos de Equinor podría reforzar aún más su posición en la cuenca.
Para Equinor, la venta de sus activos en Vaca Muerta formaría parte de un ajuste en su cartera global de inversiones, con el objetivo de enfocar sus recursos en otros mercados o en tecnologías emergentes dentro del sector energético.
En el corto plazo, la definición sobre el futuro de estos activos dependerá de las negociaciones entre ambas compañías. La preferencia de YPF en la compra podría facilitar el proceso y evitar la entrada de nuevos actores en el mercado de Vaca Muerta.
Analistas del sector coinciden en que, de concretarse la operación, YPF fortalecería su posición estratégica en la región, aumentando su capacidad de producción y consolidándose como el actor dominante en la formación no convencional de Argentina.
El proceso de valuación de los activos de Equinor a cargo del Bank of America será clave para determinar los próximos pasos. Dependiendo de los resultados, la venta podría avanzar rápidamente o quedar sujeta a nuevas negociaciones.
En el contexto actual del mercado petrolero, caracterizado por la volatilidad de los precios y la transición energética, las decisiones de inversión en el sector de los hidrocarburos son cada vez más estratégicas. La posible adquisición de estos activos por parte de YPF sería una clara señal de su compromiso con el desarrollo del shale en Argentina.
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