La operación fue liderada por cinco bancos internacionales de primera línea: Citi, Deutsche Bank, Itaú, JP Morgan y Santander. En total, participaron 14 entidades bancarias e inversores institucionales globales, marcando la reapertura del mercado internacional de Project Finance para el país, que permanecía cerrado desde 2019.
Según informaron las compañías, se trata del financiamiento comercial más grande de la historia argentina destinado a un proyecto de infraestructura, y uno de los cinco mayores créditos otorgados en América Latina para desarrollos del sector petróleo y gas. El préstamo tiene un plazo de cinco años y devengará una tasa variable de referencia internacional (SOFR) más un margen de 5,5%.
La inversión permitirá cubrir el 70% del capital necesario para la obra, mientras que el 30% restante será aportado directamente por los socios del consorcio VMOS. Esta sociedad está conformada por YPF, Pluspetrol, Pan American Energy, Pampa Energía, Vista, Chevron Argentina, Shell Argentina y Tecpetrol como accionistas principales, y Gas y Petróleo del Neuquén como socio Clase B.
El megaproyecto prevé la construcción de un ducto de transporte de crudo que unirá la localidad de Allen, en la provincia de Río Negro, con la terminal marítima de Punta Colorada, sobre la costa atlántica. A su vez, el sistema incluirá plantas compresoras, una terminal portuaria de exportación y una playa de almacenamiento de petróleo.
Se estima que las obras estarán concluidas hacia fines de 2026, momento en que el oleoducto comenzará a operar con una capacidad inicial de transporte de 180.000 barriles diarios. Durante 2027, la infraestructura se expandirá progresivamente hasta alcanzar un volumen máximo de 550.000 barriles diarios, liberando gran parte del potencial exportador de la cuenca neuquina.
Para el sector energético, este desarrollo es clave para resolver un cuello de botella que limita el crecimiento de la producción no convencional en Vaca Muerta. La capacidad actual de evacuación resulta insuficiente frente a los planes de expansión de las operadoras, que apuntan a convertir a la Argentina en un exportador relevante de energía en el mercado global.
La obra ya comenzó con varios frentes de trabajo activos. Desde el consorcio destacaron que no solo incrementará la disponibilidad de infraestructura logística, sino que también generará un impacto económico significativo en la región patagónica a través de inversión privada, empleo y actividad en proveedores locales.
La firma del crédito representa una señal de recuperación del financiamiento internacional para las empresas argentinas del sector hidrocarburífero. Ocurre en un contexto de ajustes fiscales y estabilización macroeconómica impulsados por el Gobierno de Javier Milei, que, sin embargo, todavía no logró una disminución sustancial del riesgo país.
Según fuentes del mercado, la apuesta oficial es que proyectos de esta envergadura contribuyan a sostener el ingreso de divisas y consolidar un saldo comercial energético positivo en los próximos años. Al mismo tiempo, se busca generar un círculo virtuoso que promueva nuevas inversiones privadas y fortalezca la balanza de pagos.
Durante el acto de presentación, estuvieron presentes los principales ejecutivos financieros de las petroleras involucradas, junto a los presidentes y CEOs de los bancos que lideraron la operación. Entre ellos se destacaron Horacio Marín, presidente y CEO de YPF; Gustavo Chaab, CEO de VMOS; y los máximos representantes de Citi, Deutsche Bank, Itaú, JP Morgan y Santander en Argentina.
El proyecto Oleoducto Vaca Muerta Sur es considerado por el sector como el paso decisivo para transformar la riqueza geológica de la cuenca neuquina en un flujo sostenido de exportaciones. La meta es reducir costos, optimizar la logística y mejorar la competitividad frente a otros productores globales.
De concretarse en los plazos previstos, la obra consolidará a Vaca Muerta como uno de los principales polos de producción y exportación de petróleo no convencional en el hemisferio sur. Para las empresas participantes, se trata de una oportunidad histórica para acelerar su crecimiento en la región y proyectar su presencia en los mercados internacionales.